En muchas comunidades de China las personas no tienen acceso a un automóvil, un transporte público o una bicicleta, así que para ellos es más difícil ir de un lugar a otro. A pesar de todo, para los niños aprender es fundamental, por eso caminan los kilómetros que sean necesarios para llegar a su escuela. Wang Fuman es un niño de siete años que todos los días enfrenta esta realidad. El pequeño camina diariamente una hora y media para cruzar los 4.5 kilómetros de distancia que hay entre su hogar y la escuela.
Además de la distancia que recorre, lo también sorprendente de su historia es que este niño tiene que padecer de las bajas temperaturas de Zhaotong, la zona rural de la provincia de Yunnam, en donde el termómetro ronda entre los 9 y 12 grados bajo cero. Usualmente, Wang llega con el cabello y las cejas congeladas, lo que, por desgracia, provoca que sus compañeros se burlen. Después de enterarse de su historia, los usuarios de Internet comenzaron a solidarizarse con él.
Este chico ha sido apodado en Internet como Ice Boy
Fu Heng, el director de la escuela primaria, no daba crédito a lo que sus ojos veían: al llegar Wang, observó que tenía el cabello y las cejas completamente congeladas, sus mejillas rojas y sus manos con quemaduras de nieve. Heng tomó una foto del pequeño y la compartió en un sitio de Internet para exponer la realidad en la que varios de sus alumnos viven. De inmediato los usuarios de Internet lo llamaron Ice Boy y comenzaron a ayudar con donaciones.
Aunque muchos hacen lo imposible por evitar un examen, él es diferente
Durante la mañana había caído nieve y los termómetros registraron temperaturas de -9 grados. Pero era el primer día de los exámenes finales y Wang no estaba dispuesto a bajar sus calificaciones. Caminó 4.8 kilómetros desde el lugar donde vive para poder llegar al colegio. Aunque la escuela ni siquiera tiene calentadores para ayudar a los alumnos a calentarse después de una larga caminata.
El pequeño siempre mantiene una actitud positiva
Recientemente, Heng notó que el niño es considerado como “el payaso de la clase”, constantemente está encontrando la manera de hacer que sus 16 compañeros de clase rían un poco. A pesar de vivir en una pobreza extrema, y pasar la mayor parte del tiempo ayudando a su hermana y abuela, siempre mantiene una actitud positiva y no deja que nada lo detenga.
Wang Fuman vive en un pequeño pueblo junto a su hermana y abuela
Las condiciones en las que vive no son óptimas, pero está seguro de que su vida mejorará si continúa aprendiendo y educándose.
Las personas de Internet que vieron su historia se conmovieron
Desde que la foto se hizo viral, la escuela ha recibido más de 15 mil dólares en donaciones, 20 equipos de calefacción y 144 prendas abrigadoras para los niños.