La única preocupación de los niños es divertirse, aprender, leer, reír y disfrutar, por lo que sería extraño pedirles algún tipo de consejo sobre temas amorosos o emocionales, pero siempre hay una excepción para todo. Ciro Ortiz es un pequeño de 11 años que durante los últimos meses ha estado ofreciendo consejos emocionales a todo el que así lo desee en el metro en Nueva York.
La gente le hace preguntas de todo tipo, desde cuestiones de trabajo, consejos personales e incluso sobre relaciones amorosas. Ciro tiene una sorprendente sensibilidad, y por eso invierte su tiempo escuchando a quien más lo necesita. Esta es la tierna historia de un hermoso niño que sabe escuchar.
Él es Ciro Ortiz
Durante los últimos nueve domingos, Ciro ha estado aconsejando a las personas de Brooklyn que esperan ansiosos el tren.
El pequeño ofrece “asesoramientos emocionales”
Por solo 2 dólares,el pequeño ofrece lo que él llama “asesoramientos emocionales”, sesiones de cinco minutos en donde escucha a las personas y les da consejos. Su horario de oficina es a partir del mediodía, hasta las 2 p.m.
La gente hace todo tipo de preguntas
Problemas en relaciones amorosas, conflictos laborales o dudas sobre cómo aceptar el cambio, son las historias que Ciro con más frecuencia.
“Tenemos que aceptar el cambio. Va a suceder, siempre va a suceder. La vida siempre está cambiando”.
El negocio perfecto
“Es una buena manera de ofrecer ayuda y hacer dinero”.
Por lo general consigue 50 dólares en un día, y el dinero lo utiliza para comprar comida a los niños de la escuela que no pueden pagarla.
La inspiración después de la agresión
Después de sufrir constantes agresiones en la escuela, su sensibilidad se agudizó y nació el deseo de ayudar a los demás. De esta forma, Ciro canalizó todo lo que realmente sentía.
“Ciro es muy sensible, ha tenido tiempos difíciles. El primer día que dio asesoramiento en los andenes del metro estaba muy nervioso e inseguro de sí mismo. Después de unos cuantos domingos, una tarde regresó diciendo que había conocido gente maravillosa. Al fin tendría muchos amigos”.
El problema más común que ve en los adultos es que no quieren cambios
“Se sienten de cierta manera viviendo en el pasado, y cuando miran en retrospectiva a lo que hicieron, dicen que las cosas eran mucho mejores en ese entonces”.
Su mejor consejo
“Tenemos que aceptar que debemos cambiar. Siempre va a suceder. La vida siempre está cambiando”.