Cada vez son más los pequeños que están trabajando para cumplir sus sueños y de paso ayudar a solventar la economía familiar, como Arthur Ferreira dos Santos, un niño originario de Brasil que ya es conocido en redes sociales por su noble actividad.
A través de su cuenta de Facebook, Marcella Ferreira da Silva, la madre del pequeño, dio a conocer la historia de cómo su hijo inició un negocio de venta de aviones de papel para conseguir dinero y así cumplir su sueño de comprar un teléfono celular.
Él quería cumplir su sueño por sí solo
Marcella contó en sus redes sociales que desconocía el plan de su hijo y que luego de llegar a casa se asustó al no encontrarlo ahí. Cuando salió a buscarlo, se topó con la tierna escena en la que el pequeño estaba sentado en una banca vendiendo sus aviones de papel. Ella no dudó en compartir la imagen y después compró todas sus creaciones.
A él se le ocurrió hacer los aviones, pero yo no sabía para qué los estaba haciendo. No lo entendía. Se pasó todo el día diciendo que iba a hacer sus aviones de papel.
Quería comprar un teléfono celular
Cuando su madre lo encontró sentado en una banca del parque cerca de su casa, Arthur estaba triste, pero no dejaba de repetir los precios de sus productos; el avión más pequeño costaba solo 10 centavos, el mediano, 25 y el más grande, un real, algo así como 18 centavos de dólar.
Luego ella le preguntó por qué estaba vendiendo los avioncitos y él solo respondió que era porque deseaba comprar un celular, pero que estaba triste porque los otros niños se habían burlado de su idea y hasta lo habían llamado loco, pues le aseguraron que no vendería nada, ya que nadie estaría dispuesto a pagar por un avión de papel.
Estaba triste y le dije que yo los compraría todos por tres reales (un dólar) y después nos iríamos a casa. Dijo que podría ser, pero que el dinero que le ofrecía no sería suficiente para comprar un celular.
Al ver la foto, los internautas se solidarizaron con el pequeño
Aunque la madre del niño recibió muchas críticas porque no entendían para qué un niño tan pequeño necesitaba el celular, muchos otros se solidarizaron con ella y le donaron dinero para que pudiera comprarle el smartphone. También hubo quienes fueron hasta su hogar y le regalaron no uno, sino tres teléfonos.
Estaba muy feliz, de corazón, está muy feliz. También yo lo estoy. Es muy gratificante, no esperaba recibir tantos celulares. Solo puedo agradecer a todas las personas que se solidarizaron con la historia de mi hijo.
Ahora Arthur tiene cuatro celulares, pero él ha dicho que solo necesita uno, así que el resto los donará a personas que realmente lo necesiten para que puedan hacer sus tareas o simplemente para que se entretengan un poco.