Poner fin a una relación no es sencillo y cuando se trata de un matrimonio en el que hay niños de por medio, se vuelve aún más complicado, no solo por los vínculos sentimentales que existen sino por la forma en que se tienen que negociar los términos de la separación para que los pequeños sean los menos afectados.
Así lo pensaron Victoria Baldwin y Adam Dyson, quienes estuvieron casados por tres años y se separaron poco después del segundo cumpleaños de su hijo Bruce, en el 2015, y a pesar de que la separación fue complicada, prometieron encontrarse cada año para continuar con una tradición que iniciaron cuando Victoria estaba embarazada: tomarse una foto familiar.
Así inició la tradición
Esta es la primera foto mientras esperaban a su hijo.
¡Ya llegó Bruce!
La imagen de la familia completa fue tomada poco después del primer cumpleaños de Bruce.
La primera foto separados
Un año después de tomar la decisión de separarse, tuvieron la primera sesión fotográfica con el pequeño.
La tradición continúa
Después de dos años de estar separados, Victoria y Adam continúan la tradición de la fotografía anual.
¿Por qué continuar?
Victoria es fotógrafa profesional y forma parte de las Fuerzas Armadas estadounidenses, está destacamentada en Alaska, y Adam vive en Carolina del Sur. La idea de continuar con la foto anual familiar fue de Victoria, ya que, al ser hija de padres divorciados, se dio cuenta de que en las fotos de su infancia no coinciden sus papás en ninguna de ellas y considera importante para Bruce poder tener fotos con sus padres, aun y cuando no estén juntos como familia.
En la página de Facebook LoveWhatMatters, Victoria compartió las cuatro fotos que se han tomado cada año y una explicación acerca de por qué seguir con esta tradición:
“Las dos fotos de arriba se tomaron cuando Adam y yo estábamos casados. Las dos de abajo se tomaron hace al año y a los dos años de que nos separamos. No estamos enamorados, no siempre estamos de acuerdo, no somos los mejores amigos, a veces no nos caemos bien uno al otro. Pero ¿sabes qué? Nosotros estaremos conectados siempre por nuestro hermoso, listo, amable, compasivo y gracioso hijo.
“Nos RESPETAMOS el uno al otro. Recordamos que ninguno de nuestros roles como padres está por encima del otro y que ninguno es más importante que el otro en la vida de nuestro hijo. AMBOS necesitamos estar ahí, AMBOS merecemos tiempo y memorias de calidad con él. No nos echamos la culpa el uno al otro por el camino que tomó nuestra relación. No estamos en el lugar para culpar y menos en la presencia de nuestro hijo.
“Adam y yo no somos los padres perfectos, pero hicimos un trato cuando nos divorciamos: poner a nuestro hijo primero y valorar lo que cada uno podemos aportar a su vida. Sí, aún seguimos tomando la foto familiar y pagando por que las imágenes se impriman, enmarquen y las podamos poner en el cuarto de nuestro hijo; tal vez no crecerá con sus padres viviendo en la misma casa… pero al menos crecerá con el ejemplo de respeto, amabilidad, empatía, compasión, perseverancia, flexibilidad y hasta sacrificio de sus padres, y sabrá que es posible que se acabe el amor, pero no que se desmorone y todo se olvide”.
Cada foto anual está en el cuarto de Bruce y él está orgulloso de contar con ellas porque en cada sesión puede compartir con ambos las cosas que le agradan, lo nuevo que ha aprendido y hacer lo que más le gusta: que lo levanten de cada brazo para mecerlo en el aire.