Los trámites de adopción son complicados, quizás esa es la razón por la que muchas personas desisten de la idea más pronto de lo que creían. Pero ¿qué sucede cuando una familia rechaza a un niño, especialmente si tiene una discapacidad?
Aquellos que persisten y no se detienen ante ningún obstáculo no solo consiguen la grandiosa recompensa de formar una familia, sino también le cambian la vida a un niño y lo hacen sentir amado, especialmente si ese bebé tiene síndrome de Down.
Luca Trapanese es un hombre de 40 años que gracias a su libro Nacida para ti relató su experiencia como padre adoptivo de Alba, una bebé con síndrome de Down que fue abandonada y rechazada por 20 familias antes de que él llegara a su vida.
Luca solo podía adoptar bebés rechazados
En el libro cuenta que cuando ingresó la solicitud de adopción el gobierno lo limitó a causa de su condición homosexual, y le dijo que solo podía adoptar niños que hubieran sido rechazados por parejas heterosexuales, y aceptó:
Me dijeron que solo me darían niños con enfermedades, discapacidades severas o problemas de comportamiento o un niño que hubiera sido rechazado por todas las familias tradicionales. Alba, que ahora tiene 19 meses, cambió completamente mi vida. Ahora todo gira en torno a ella. Me trajo felicidad y una sensación de plenitud.
Luca pudo adoptar a Alba en julio de 2017
Cuando tenía solo 13 días de nacida y ya había sido rechazada por 20 familias.
Me llamaron y me dijeron que tenían una niña para mí. La madre la había abandonado al nacer y había sido rechazada por más de 20 familias. Luché por contener mi alegría y dije que sí inmediatamente.
Corrí al hospital para recogerla, estaba en una cuna, pequeña y sola. Cuando la sostuve con mis brazos sentí que era mi hija y que estaba listo para ser su padre y amarla para siempre.
A la sociedad le hace falta entender que el Down no es una enfermedad
No me gusta esconder cosas. Soy gay. Alba tiene síndrome de Down. A los ojos de muchos somos ‘los diferentes’. Sobre la homosexualidad las cosas tal vez están cambiando, pero puedo decir con cierta confianza que la discapacidad sigue siendo aterradora para muchos. No es así para mí. Aún nos falta mucho aprender sobre el síndrome y acerca de lo maravillosos que son estos pequeños niños.