La adopción es una opción positiva tanto para las parejas como para los pequeños, pues al final del día, todos ganan una nueva familia. Sin embargo, una faceta triste de este proceso es que mientras más grandes son los niños, hay menos probabilidades de que los adopten, ya que todo el mundo quiere un bebé recién nacido para criar como suyo, y no a alguien que ya ha desarrollado una personalidad propia.
De acuerdo con estadísticas de la Dirección Nacional del Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos, menos del 1 por ciento de las parejas que buscan adoptar aceptan adolescentes. Ahora imagínate la posibilidad de que una adolescente que, además, ya es mamá, encuentre una familia.
Conoce a Susana y Lionel
Susana Cantarelli y Lionel Aguiar son una pareja argentina que, después de dos tratamientos de fertilidad que no tuvieron éxito, decidieron enfocarse en la adopción como una manera de tener la familia que siempre habían querido. Durante el proceso se enteraron de la historia de una joven adolescente que aún esperaba ser adoptada y que además tiene un bebé.
Cuando me encontré con esta historia empezamos a charlar sobre esta posibilidad que nos convocaba mucho a los dos. Lo que sabíamos de ella en ese momento era muy poco, pero sí que tenía muchos deseos de progresar, de estudiar, de tener el día de mañana un oficio o una profesión, y esto con su hijo iba a ser muy difícil. También nos gustaba mucho la idea de acompañarla en la crianza.
Papás y abuelos a la vez
Susana y Lionel decidieron que era ella a quien querían como hija, y fue así que se convirtieron en papás y abuelos a la vez. En su hija vieron la oportunidad de impactar de manera positiva la vida de alguien y darle una nueva oportunidad a madre e hijo.
Nuestro gran objetivo para ella es que pueda hacer, en la medida de lo posible, dentro de lo que le permita su maternidad, la vida de cualquier adolescente. Que pueda tener un grupo de pertenencia, que pueda tener sus espacios de ocio, conectarse con otras cosas que a ella le gustan, que pueda progresar en lo que decida hacer el día de mañana.
Es todo un reto
La situación de cuarentena que se vivió el año pasado ayudó a que la familia se adaptara. Claro, no todo ha sido fácil, ya que la chica estaba acostumbrada a hacer todo sola y es extraño para ella que haya gente aconsejándola o cuidando de ella. Al estar cuatro años en una casa-hogar, aceptar horarios y reglas tan simples como los tiempos de comida no fue un asunto sencillo. Además, la cuestión era que se estaban adoptando a una hija y a un nieto y debían permitirle a la chica cierta autonomía para criar al pequeño.
Para mí es muy desafiante respetar la crianza que ella propone y, al mismo tiempo, orientar sobre cuestiones que estaban muy establecidas. Era todo un tema sostenerla a ella en su autoridad, en su rol de mamá, pero al mismo tiempo guiarla en cosas que no estaban tan buenas.
“Literalmente les cambias la vida”
A pesar de esto, la familia ha salido adelante y Susana está consciente de que cambiaron la vida de dos personas. Además, el bienestar de la chica y el bebé son la prioridad.
Con el nene tenemos todo por delante. Estamos muy atentos a lo que le gusta. Lo que su mamá quiso para él es que crezca en un hogar. Yo no sé si ella hubiera tomado esta decisión para sí misma, todo es pensando en su hijo y en las mejores posibilidades para él.
De acuerdo con Susana, es increíble cómo puede quererlos cada día más y el lazo que se crea es algo realmente hermoso.
Muchas veces no es amor a primera vista, hay que construirlo. Pero eso es la adopción: una experiencia maravillosa.