Perder peso es cuestión de tomar la decisión y comenzar un cambio radical en la vida; sabes que tendrá consecuencias, tanto positivas como negativas, pero vale la pena el esfuerzo, ya que los resultados siempre serán para tu bienestar.
Esa fue la decisión que tomé Kevin Creekman, un alemán que vive en Colonia, y que desde muy joven sufrió de sobrepeso. Él confiesa que a los 10 años ya tenía su cuerpo lleno de estrías y a los 18 pesaba más de 150 kilogramos.
Él tomó una decisión y nada podía detenerlo
Sufría de bulling por parte de sus amigos y no pasaba un día sin que sintiera que todas las miradas estaban sobre él cuando caminaba por la calle. Esto lo llevó a tomar una decisión que cambiaría su vida.
Motivado por haber encontrado a otra persona que también quería perder peso, él y su amigo comenzaron a visitar el gimnasio e inició una rutina de cardio que, combinada con una dieta baja en carbohidratos, en tan solo un año le hizo perder más de 80 kilos.
El resultado fue perfecto
Pero la pérdida de peso no era todo a lo que tendría que enfrentarse, ya que su cuerpo había sido grande por mucho tiempo, así que su piel comenzó a colgar, por lo que tuvo que ser sometido a dos cirugías mayores para eliminar el exceso de piel.
Esto dejó en Kevin dos grandes cicatrices, así que decidió hacer algo al respecto. Su solución fue increíble: decidió cubrir su cuerpo con arte y pidió a diferentes artistas que hicieran con su piel un lienzo, así que se cubrió todo de tatuajes, algunos con significados importantes; otros simplemente para adornar.
Un hombre que sabe lo que quiere
“No sentía confianza debido a todas esas cicatrices; quería quitarme la playera sin tener que explicarles a todas las personas la historia de la pérdida de peso”.
El cambio fue radical, pasó de ser un adolescente llenito a un guapísimo y codiciado modelo con el que todo el mundo desea trabajar; es buscado por muchas marcas de ropa y por supuesto tiene una cuenta en Instagram para poder apreciar sus imágenes.
Su cuerpo es una increíble obra de arte
Ahora Kevin asegura que es muy feliz y ha encontrado por fin el look que más le acomoda: ¨pude tomar el rol de la persona que siempre quise ser… Mis tatuajes fueron la última pieza del rompecabezas que construyó mi fuerza, mi confianza y la libertad en mi piel”.
Además, Kevin es una persona fabulosa, pues durante 40 horas a la semana pasa su tiempo enseñando a los niños refugiados en Colonia. No solo demostró que puedes alcanzar tus metas, sino lo que puedes lograr una vez que hayas llegado a ellas y que siempre hay más por hacer. Un ejemplo de hombre que, sin dudas, todas quisiéramos a nuestro lado.