En Drexell & Honeybee’s, en Brewton, Alabama, no existen los precios. En este restaurante solo hay una caja de donaciones en donde los comensales dejan lo que puedan o quieran pagar.
La mayoría de sus clientes son personas mayores que con mucha dificultad pueden comprar sus comidas.
Su dueña quería ayudar
La dueña de este restaurante, Lisa Thomas-MacMillan, notó esta problemática cuando trabajaba en una cafetería comunitaria, donde muchos adultos mayores llegaban con hambre y apenas contaban con los medios para comprar un plato de comida.
Es un trabajo en equipo
En 2016 ella y su esposo Freddie McMillan, abrieron Drexel & Honeybee’s con el lema “Alimentamos la necesidad”. Su menú es delicioso y casero. Entre los platillos favoritos se encuentran los macarrones con queso, albóndigas de pollo y guiso de carne res.
Cada quien aporta lo que puede
La caja de donaciones se encuentra en un área con cortinas para que nadie pueda ver las contribuciones que hace cada cliente. Las donaciones más frecuentes son de 5 dólares. A veces dejan cheques de 50 y una vez recibieron uno de 1,000.
Cada día hay voluntarios
Este negocio cuenta con voluntarios y algunos de ellos trabajan por comida diaria. Lisa admite que mantener el negocio a flote es muy difícil y está financiado principalmente por el seguro social de la pareja y la jubilación de Freddie.
Siempre dejan notas de agradecimiento
Hoy no pude comer y ustedes me ayudaron. Gracias por ser una bendición para este pueblo, comunidad y para mí.
En todo el establecimiento cuelgan notas de agradecimiento que se convierte en la mejor paga.
Las horas son largas, el costo es alto, pero es un llamado para nosotros.
Las notas que la gente deja en nuestra caja nos dicen cuánta necesidad hay. Recibí una el otro día que decía: ‘Gracias a ti, una familia de cuatro pudo comer hoy’. Eso vale un millón de dólares para mí.