Todos podemos agregar un granito de arena para hacer de este mundo, un mejor lugar. Prueba de ello es Duncan Jurman, quien desde muy pequeño comprendió la importancia de las mariposas y decidió ayudar a su conservación.
Para lograrlo sembró flores durante 12 años, haciendo florecer decenas de jardines en los que las mariposas se abastecen de agua, alimento y toman un descanso en su camino. Además, imparte talleres donde concientiza a otros sobre la importancia de estos animalitos y creó su propia fundación sin fines de lucro.
Desde que tenía cinco años quedó fascinado por la belleza, tenacidad y fuerza de los diferentes tipos de mariposas que hay en el mundo. Pero conforme pasaron los años se percató de que las mariposas tenían menos presencia, como si se estuvieran extinguiendo de la faz de la Tierra.
Para ayudar a evitar su extinción y ayudarlas en su camino, comenzó a repartir semillas de diversas flores entre sus vecinos. Su intención era que todas fueran plantadas y hacer de su condado un santuario para las mariposas. Años más tarde, su plan rindió frutos, a tal grado que maestros, escuelas y alumnos se vieron involucrados en el.
En el jardín de su casa, Duncan logró criar y liberar a más de cinco mil ejemplares de mariposas, pero está seguro de que existen más y que su proyecto puede ayudarlas a todas.
Actualmente, Duncan tiene 17 años, su amor por la naturaleza no se ha desvanecido e incluso creó la organización Bring Butterflies Back, que se encarga de proporcionar información respecto a los cuidados de las mariposas. Ahora espera que su proyecto llegué a otras partes del mundo, que las personas se sumen a él y las mariposas puedan salvarse de la extinción definitiva.