Cuando comenzamos a manejar durante nuestra adolescencia, no tenemos realmente idea de cuán delicado es tener la responsabilidad de tener el control de un vehículo en nuestras manos. El exceso de velocidad, ignorar las señales de tránsito, e incluso manejar en estado de ebriedad son grandes riesgos tras el volante.
Ahora, gracias al gran avance tecnológico, la mayoría de las personas vive pendiente de su teléfono celular, y muchos no caen en cuenta de que llevarlo en la mano y revisarlo es una de las causas de muerte más comunes en los jóvenes. Y es que al mirar hacia abajo mientras manejas, expones tu vida entera durante un segundo mientras quitas del camino tu vista.
Liz Marks es una joven estadounidense cuya vida cambió para siempre al leer un mensaje que llegó a su celular. Su madre devastada cuenta la experiencia de ver caer a su hija en soledad y depresión luego del terrible accidente. Mira el video completo y piensa dos veces antes de enviar o leer mensajes mientras conduces.
Conoce su historia
Durante su adolescencia, Liz solía sentirse como cualquier otra chica normal. Tenía una buena relación con su familia, muchos amigos, buenas notas en la escuela e incluso comenzaba a modelar como pasatiempo. Antes de su accidente, Liz confesó que a veces sentía que no podía vivir sin su teléfono celular, y es que el hecho de sentirse una chica popular, inconscientemente le hacía vivir atada al contacto con sus amigos y las redes sociales para no perderse de nada de lo que sus amistades estuvieran hablando.
Liz juró que nunca vería su celular al manejar
Una mañana, la vida de Liz cambió para siempre y todo lo que conocía sería diferente desde el momento en que bajó la mirada mientras conducía para revisar un mensaje que llegó a su celular. Aunque por fortuna el accidente no terminó con su vida, sí dejó fuertes secuelas en la joven. Una de ellas, y probablemente la más fuerte, fue su autoestima lastimada y el abandono de sus amigos.
El mensaje era de su madre
La madre de Liz recuerda haberle preguntado a su hija en repetidas ocasiones si acaso ella conducía y mandaba mensajes en su celular y la chica siempre dijo que no. Betty, su madre, confesó que después del accidente, Liz escribió un estado en Facebook en el que decía: “¿Puede alguien por favor salir conmigo? No tengo amigos”.
No vale la pena leer un mensaje mientras manejas
https://www.youtube.com/watch?v=XRuv8f5Ja70