Los padres son aquellas personas que nos aman incondicionalmente y están dispuestas a darlo todo por nosotros, aunque eso implique muchísimo esfuerzo y sacrificios. Es por eso que los hijos tratamos de ser agradecidos y el sueño de muchos es poder devolverles algo de lo mucho que nos dieron.
Un gran ejemplo de esto nos lo dio un famoso creador de videos de YouTube conocido como Yulay, quien tiene un pasado humilde y es oriundo del Estado de México. Yulay se volvió famoso en la plataforma debido a su carisma y humor, además de hacer videos de bromas e investigaciones.
A pesar de tener una infancia difícil, pues él mismo ha contado que le ayudaba a su papá a vender muebles de casa en casa, siendo una extenuante labor, la vida le ha sonreído de tal manera que ahora gana mucho dinero y pudo regalarle una camioneta nueva a su padre.
A través de un video, el youtuber dio a conocer toda la travesía, desde ir por la camioneta a la agencia hasta ir a entregársela a su papá de sorpresa. Durante la grabación, Yulay cuenta que su papá siempre ha sido muy luchón y trabajador. Además, recuerda con cariño que una vez él le regaló una bici con mucho esfuerzo, por lo que ahora en agradecimiento él le dará una camioneta.
Cuando era morrito, mi papá me dio una bici que ha salido en varios videos, es con la que me anduve moviendo bastante tiempo, y si él me dio una bici yo le voy a dar una camioneta.
Yulay se encontraba muy feliz y emocionado por ver la reacción de su papá, pues aunque el señor ya sabía que le iba a regalar una camioneta, no sabía cuándo lo haría. Cuando estaba esperando a su padre, el youtuber aseguró que sin duda ese era uno de los días más felices de su vida y que sabía que su papá estaría muy feliz, ya que es un aficionado de los automóviles.
Es una historia bien bonita que he recordado toda mi vida: desde pequeño he ido a trabajar con mi papá, me llevaba a vender muebles porque él es comerciante. Siempre le daban una camioneta viejita, de la empresa, y él trataba de cuidarla, de afinarla, comprarle accesorios.
Cuando al fin su papá llega al lugar, el chico le indica que esa camioneta es un regalo para él. El señor trata de ocultar su emoción, pero no lo logra, pues lo abraza y suelta unas lagrimitas de felicidad, agradeciéndole por ese gesto.
Yulay le recuerda a su padre aquella vez que le regaló la bici, pero el señor le dice que una bici no se compara con una camioneta así. Luego le dice que se va a ir al cielo por esa buena acción.
No hay duda de que cada esfuerzo vale la pena al ver la cara de felicidad de nuestros seres queridos. Esto es una prueba más de que cuando las cosas buenas que se hacen de corazón, tarde o temprano se regresan.