Encontrar una mejor amiga no es cualquier cosa. Ella tendrá un papel trascendental dentro de tu vida, será quien te acompañe en los momentos más felices pero también será tu apoyo en las malas rachas. Por eso, no cualquier persona que se atraviesa por tu vida puede ser considerada como ‘mejor amiga’.
Yo había encontrado a mi mejor amiga para siempre, o al menos esos pensaba. La conocí en la preparatoria, y compartimos momentos inolvidables. Era como mi hermana, sólo que de otra madre. Todo era perfecto entre nosotras, pero un día, no estaba más. No sé si fueron las múltiples ocupaciones que la vida nos trajo, o simplemente que cada quien siguió un camino diferente, pero hay tantas cosas que quiero que sepa, que he decidido hacerle esta carta.
Querida extraña:
Te echo de menos. Echo de menos los mensajes de texto que nos enviábamos sobre cualquier cosa estúpida que sucedía en nuestra vida. Extraño la manera en que las personas me preguntaban dónde estabas cuando no ibas conmigo porque todos sabían que no podíamos salir sin la otra. Echo de menos reír contigo de todos nuestros chistes. Echo de menos enviarnos Snapchats vergonzosos y nuestras videollamadas desde el baño. Echo de menos que con una sola mirada sabíamos lo que estábamos pensando exactamente. También extraño a tu familia y la forma en que solías ponerme al tanto de cada acontecimiento que te sucedía con ellos. Echo de menos saber que siempre estabas ahí para mí, para apoyarme, sin importar qué tan mala podía ser la situación. Yo siempre sabía que ahí estarías tú. Extraño a mi persona favorita, a mi otra mitad… a mi mejor amiga.
No me gusta que las personas me pregunten cómo estás, porque realmente no lo sé. Odio que nuestras conversaciones que una vez solían ser tan naturales y aparentemente interminables, ahora sólo estén llenas de incómodos silencios. No me gusta que tu cara, la cara que estaba tan acostumbrada a ver todos los días y a todas horas, se haya convertido en una más entre la multitud. Odio que ahora podemos durar días sin hablarnos y que la mayoría de nuestras conversaciones empiecen con un: “Siento que no hayamos hablado antes”.
Estoy enojada con nostras por dejar que nuestra amistad se haya convertido en esto. ¿Qué nos pasó? ¿Cómo es que dejamos de vernos? ¿Cómo no pudimos darnos cuenta a tiempo de que esto se estaba terminando? Estoy enojada con nostras porque no luchamos más duro por la amistad que teníamos. No éramos como la mayoría de las amigas. Era una amistad que ni tú ni yo esperábamos que algún día podría tener un final. Éramos nosotras contra el mundo, y ahora no somos nada. Estoy molesta con nosotras porque dejamos que nuestra amistad se convirtiera en nada más que recuerdos.
Estoy triste porque no sé a dónde ir a partir de ahora. No sé que decir. Realmente no pasó nada para que todo haya cambiado, así que ¿cómo solucionarlo?, ¿qué puedo hacer con este terrible anhelo de que no te vayas?, ¿cómo puedo evitar la terrible sensación de saber que ya nunca me llamarás? ¿Cómo podemos encontrar una solución que recupere nuestra amistad con la misma facilidad con la que nos separamos?
Tengo miedo de que no podamos arreglar las cosas y al final no haya sido para siempre. Tengo miedo de que de ahora en adelante tú ya no seas parte de mi vida. De que cuando abrace a mis amigos en mi graduación, tú no estés ahí. Tengo miedo de que cuando haga mi primer fiesta de inauguración en mi nuevo departamento, tú no estés ayudándome con los preparativos. Que cuando llegué el día de mi boda, mire alrededor y entre toda la multitud tu rostro no esté ahí. Pero lo que más me asusta es que eso ni siquiera te preocupa. Tengo miedo de que tal vez ni siquiera has notado mi ausencia, o que a lo mejor, simplemente no te importa. Me da miedo saber que ya me reemplazaste. Tengo miedo de que tú no recuerdes con cariño nuestra amistad como lo hago yo. De que nuestra falta de futuro no te duela tanto como a mí me duele. Tengo miedo de que no me extrañes tanto como yo te echo de menos.
Sin embargo, incluso si no es el caso, yo no renuncio a la esperanza de que algún día nuestros caminos se vuelvan a unir, no importa lo difícil que parezca ahora. Nunca voy a dejar de preocuparme por ti, ni dejaré de desearte el bien en la vida. En silencio voy a sonreír desde mi lugar mientras avanzamos por el mundo. Tú siempre tendrás un lugar muy especial en mi corazón, a pesar de que yo no tenga uno en el tuyo. Nunca voy a dejar de recordar nuestra amistad con cariño y siempre diré que, conocerte, ha sido una de las mejores cosas que me han sucedido.
No sé que es lo que nos depara el futuro, pero si sé un cosa: nunca voy a encontrar un amiga como la que encontré en ti.
Gracias por todo. Te echo de menos más de lo que jamás creí.
Te deseo todo lo mejor,
tu ex mejor amiga.