Deja las excusas a un lado, esta carta es para ti, que pasas la vida buscando motivos para disculparlo, que crees que te ama (pero el pobre está confundido), que aseguras que has encontrado al amor de tu vida aunque él demuestre todo lo contrario; para ti que justificas lo que hace porque el muy infeliz tuvo una relación fallida en el pasado, y qué crees que un día dejará de lado ese miedo. Así que, en lugar de estar buscando motivos para justificarlo, ¿por qué mejor no abrir tus sentidos a la realidad?
La realidad es simple, el hombre que quiere estar en tu vida está; a veces el amor que sentimos nos ciega ante la realidad (no es accidente que digan que “el amor el ciego”), pero a veces es mejor quitarse la venda sino queremos que nuestro corazón padezca lo que nuestros ojos no son capaces de ver.
Crees que todo es color de rosa y que un día cambiará, o que llegará una varita mágica a cambiar su destino… lamento decirlo, pero son sólo ilusiones. Es cierto que hay hombres complicados y que no pensamos o actuamos igual ante semejantes circunstancias, pero no hay que ser un sabio para darse cuenta que el amor, cuando es real, se siente y se ve a kilómetros de distancia.
La invitación es dejar de idealizar algo que no existe, dejar las mentiras y los enredos de lado, ¡quiérete un poquito más!, ponte en primer lugar y deja de buscar cariño donde no hay; deja de crear excusas que te “favorecen”, pues toparse con la realidad puede ser uno de los golpes más duros que recibas en la vida.
No pienses ni hables por él, siente sólo por ti, no atraigas a tu vida confusiones y mentiras, deja de romperte el alma por una relación que en el fondo sabes que no va funcionar; no sigas intentando armar un rompecabezas incompleto, porque no es justo para nadie vivir bajo la sombra de un falso sentimiento.
En este mundo nadie tiene que salvar a nadie, los hombres no son dulces cachorritos que van por la vida buscando a alguien que los libere de sus traumas o de su pasado; eso sería como tratar de reparar una escultura que se ha partido en mil pedazos. Si está confundido y no sabe lo que quiere, hazle un favor: sal de su vida, hazlo por el bien de los dos.
Y recuerda, en el mundo sólo hay dos tipos de hombres: los que aman y los que juegan a hacerlo. ¿Cuál quieres para ti?