Enamorarse es una de las experiencias más bonitas que podemos experimentar. Verlo y sentir esas mariposas en el estómago, escuchar su voz y que nuestra piel se erice; esa constante felicidad con tan sólo pensarlo, el sentir que estamos en las nubes sólo porque él está en nuestra vida, es algo único que todos merecemos vivir.
Lamentablemente, el enamoramiento sólo dura unos cuantos meses y se esfuma para darle paso al amor real. Pero, cuando el enamoramiento acaba también llega la costumbre, la rutina, la realidad. Esa persona perfecta de la que nos enamoramos, ahora tiene defectos. Nos acostumbramos a su compañía y dejamos de disfrutar y sorprendernos con los buenos momentos, por eso quiero pedirle un favor a mi próxima pareja: nunca te acostumbres a mí.
Debo confesar que me aterra pensar que un día, tal vez, todo lo que ahora tenemos se vuelva algo tan normal que pierdas el interés en ello. Que ya no sientas esa felicidad al verme, que ya no disfrutes mi compañía como antes, que mis abrazos y mis besos ya no te hagan sentir nada; que estés a mi lado sólo por estar, sólo por costumbre y no por amor.
Quiero estar a tu lado siempre, consentirte, hacerte reír, que me despiertes en la mañana con un beso, que me abraces al dormir. Quiero prepararte café a media tarde para que lo disfrutes mientras lees tu libro favorito. Me encanta que me hagas el desayuno, que me acaricies cuando te miro, que me abraces por la espalda cuando vamos por la calle. Me gusta que tomes mi mano y la beses por sorpresa.
Quiero que hagamos pequeños sacrificios que nos recompensen con pasar más tiempo juntos. Me encanta desayunar contigo, aunque, a veces a cierta hora de la mañana no te da hambre. Quiero que me acompañes cuando salga con mis amigas, claro, de vez en cuando; y quiero que me lleves con tus amigos cuando salgan de fiesta.
Prometo todos los días decirte lo guapo que eres, lo mucho que me encanta tu sonrisa, tu cabello, tu mirada y tu voz. Quiero que tú te sigas volviendo loco cada que me ves en ropa interior, aunque ya conozcas mi cuerpo como a la palma de tu mano. Quiero escuchar un ‘buenas noches’ y ‘buenos días’ de tu boca cada día, quiero que me abraces sin motivo aparente y que me sorprendas con citas románticas sin ser un día especial.
Por favor, por lo que más quieras ¡no te acostumbres a mí! Sigue sorprendiéndote cada vez que me veas, sigue excitándote cada vez que me toques, sigue enamorándote como la primera vez que me viste.
Que nunca pasen desapercibidos mi nuevo vestido, mi cambio de look o el nuevo color de mi labial. Hazme sentir única y especial cada día. Hazme reír con tus malos chistes. Dame un beso cuando me quede mirándote con ojos de amor y una sonrisa en mi rostro.
No cambies, no modifiques tu manera de ser, no dejes de ser tú, no pierdas tu esencia, pues es lo que me enamoró de ti. No dejes que esto se convierta en rutina. El día que dejes de sentirte afortunado de estar a mi lado, entonces ya nada tendrá sentido. Tampoco quiero que me pase a mí. Quiero mirarte y sentirme la persona con más suerte del mundo por tenerte a mi lado.
No permitas que algún día todo lo nuestro deje de parecerte extraordinario, único y especial. No te quedes a mi lado sólo por costumbre, sólo porque no sabes qué harás sin mí, sólo porque no quieres vivir un duelo. Nunca olvides que tú y yo tenemos una relación única e incomparable, y por favor ¡nunca te acostumbres a mí!