Cuando era más joven solía sentirme molesta, odiaba cada pequeña parte de ti, solía preguntarme por qué Dios podría haberme dado un padre como tú. Ahora no. Ahora veo la belleza de las cosas y las bendiciones de tener un papá adicto. Si estás leyendo esto, no es para herirte, sino para darte las gracias.
Déjame decirte que a veces hay que contar nuestra historia una y otra vez para poder integrarlo en nuestras experiencias de vida ¿Y la culpa que se siente? No es auténtica (la mayor parte del tiempo). Es un síntoma de otras pérdidas que se han quedado en nuestro corazón.
Gracias por elegir tu adicción por encima de mí
Durante toda mi vida has elegido la adicción por encima de mí, de una ida a nadar o de una simple noche de películas. Ahora bromeas acerca de eso o actúas como si nunca me hubiera preguntado si despertarías la mañana siguiente; pero te agradezco por eso. Te agradezco porque yo gané una relación más cercana con Dios. El tiempo que pasé rezando, suplicando por ti, hizo mi relación con Dios tan fuerte que ni siquiera podría explicarlo.
Gracias por darme un vínculo más fuerte con mi familia
La cantidad de heridas y decepciones en la familia se han ido a través de la unión que logramos entre nosotros. Mi relación con Nanny y Pop nunca había sido tan fuerte como lo es hoy, hubiera sido bueno tomar una fotografía del primer día. Entonces por sí solo este hecho es una bendición.
Gracias por enseñarme a amar
Gracias a tu ausencia he aprendido a amar incondicionalmente. Quiero que sepas que aunque no hayas estado ahí, te amo más que a nadie. No importa cuántas veces me hayas roto el corazón, haya llorado o cuánto dolor haya sentido, siempre serás mi más grande amor.
Gracias por hacerme más fuerte
Gracias por dejarme tantas veces, porque eso me enseñó a ser independiente. Gracias a ti aprendí que no necesito a nadie más, pues supe que valgo la pena y merezco ser amada. Gracias a ti aprendí que la vida siempre es difícil, pero si puedes concentrarte cada instante en las cosas que te hacen sentir bien, entonces encontrarás la verdadera felicidad.
Por encima de todo, gracias por enseñarme cómo convertir el dolor en motivación
He aprendido que ese ciclo de adicción no es algo que tenga que permanecer en mi vida. Me has herido más que nadie, pero a través de ese sufrimiento me han impulsado a ser la mejor versión de mí misma.
Gracias por elegir tu adicción por encima de mí, porque esto me ha hecho más fuerte, más prudente y puedo amar tan intensamente como nunca antes lo había hecho.