Alguna vez escuché que la pasión busca amantes, mientras que el amor verdadero busca cómplices. El vínculo entre dos personas se va afianzando gracias a la intimidad, la confianza y el compromiso. Para tener un amor verdadero se necesita de complicidad, de una amistad sólida, de compañerismo. El amor se alimenta de sueños e ideales, y a veces tristeza, a veces insomnios, pero siempre tomados de la mano. Quisiera decir que entre tú y yo alguna vez hubo todo eso, que alguna vez fui yo la razón de tus sonrisas, de tus lágrimas; que de alguna manera fui parte de tu felicidad, que lo nuestro podrá ir más allá en el tiempo y el dolor que nos causamos, y que algún día, quizá no lejano,
Sé que ahora te sientas a llorar por tu mala suerte, te lamentas de la injusticia de tu soledad y sigues compadeciéndote frente al espejo. Sé que me culpas por el dolor y piensas que fui cruel cuando se terminó nuestro amor; crees que no tiene sentido vivir o resolver lo nuestro y todos los días deseas olvidarme. Entiendo que ahora te ha dado por castigarte por haberme dejado ir, piensas que no te amé lo suficiente y no aceptas las consecuencias de lo que ocurrió entre los dos.
También sé que has intentado buscarme, que has estado preguntado por mí, que te has dado cuenta de cuánto me extrañas y piensas en volver, pero te da miedo reconocer que la culpa fue de ambos y que en lo profundo de tu alma aún sigues anhelando mi presencia. Deseas saber si después de todo este tiempo sigo pensando en ti y esperas secretamente que sea yo quien un día busque nuevamente tu calor.
Pero perderte fue tan doloroso, que la pena que inundaba mi cuerpo me sofocaba. Soñé con tu retorno muchas noches, porque sabía que lo nuestro fue real, que no fingimos, que tus besos y caricias fueron honestos. Tal vez la rutina, tal vez la falta de comunicación, no tener tiempo, no sé exactamente qué fue lo que nos separó, pero si hoy quisieras cambiar de opinión, si quisieras hablar, no dudes en buscarme.
Por favor, no niegues este amor que una vez nos hizo despegar los pies del cemento. No pretendo obligarte a hacer algo que no estés dispuesto a hacer, pero sabes que sería increíble intentarlo de nuevo, luchar por lo nuestro, continuar una historia de amor que nunca debió terminar. Es tu decisión escribir un capítulo más de nuestra historia; puedo sentir que aún me tienes clavada en tu corazón.
El amor llega a cegar y no permite ver con claridad las malas decisiones que tomamos, cómo podemos hacerle daño a un ser querido. Por favor, no olvides que fuiste mi prioridad, que aún lo eres y muero de deseos de que me vuelvas a estrechar entre tus brazos y salvar nuestro amor. Permíteme ser de nuevo la razón del brillo en tus ojos y vuelve a mí, no tengas temor de nada, yo sigo aquí, en el lugar de siempre.