El amor es una de las fuerzas más poderosas que pueden existir, por eso es el tema favorito de libros y películas. Y si de enamorados se trata, Federico Moccia es un claro representante. Autor de libros como Tengo ganas de ti y Tres metros sobre el cielo, que causaron furor en sus lectores y para suerte de todos, tuvieron su versión en la pantalla grande.
Enamórate de nuevo con las mejores citas de estas dos románticas historias. ¿Cuál es tu favorita?
1. Tres metros sobre el cielo
Y de repente ocurre, algo se acciona, y en ese momento sabes que las cosas van a cambiar. ¡Ya han cambiado! Y a partir de ahí ya no volverán a ser lo mismo. ¡NUNCA! Y cuando ocurre, lo sabes.
Aparece alguien que te dice: ¡tranquilo!, que te pide que aflojes, ¡y aflojas! Entonces te das cuenta de las cosas pequeñas… Ella me enseña a ir despacio y eso me sienta bien.
–¡Estoy feliz!
–Creo que yo más.
–No… Yo mucho más.
–¡Yo, de aquí a Barcelona!
–¡Yo, de aquí al cielo!
-A veces, pienso que no voy a encontrar otro como él…
-No, no será como él. Pero seguro te hará feliz…
–El día que te llamen a declarar, dirás que yo no hice nada, ¿sabes por qué?
–¿Por qué?
–Porque ese día estarás tan loca por mí que harás lo que sea con tal de salvarme.
Las cosas se han puesto muy difíciles para nosotros. Me encantaría estar muy lejos contigo, sin que hubiera más problemas, sin mis padres, sin todos estos líos, en un lugar tranquilo, fuera del tiempo.
¿Sabes a qué cosa se le dedican muchas canciones? Exacto, al amor. Bello, feo, triste, alegre, débil, casto, porno, violento, soñado, olvidado, antiguo, moderno…
De algo estoy seguro. No podrá quererla como la quería yo.
Siempre hay un momento en que el camino se bifurca, cada uno toma una dirección pensando que al final los caminos se volverán a unir. Desde tu camino ves a la otra persona cada vez más pequeña. No pasa nada –piensas–, estamos hechos el uno para el otro; al final estará ella, pero al final sólo ocurre una cosa: llega el puto invierno. Y de repente te das cuenta de que todo ha terminado. Ya no hay vuelta atrás, lo sientes. Y justo entonces intentas recordar en qué momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas, mucho antes, y es ahí, justo en ese momento, cuando te das cuenta de que las cosas sólo ocurren una vez, y por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo, nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo.
2. Tengo ganas de ti
–Odio los tíos como tú.
–¿Irresistibles?
Porque contigo aprendí que no se puede dar marcha atrás, que la esencia de la vida es ir adelante. Ahora tengo claro que la vida, en realidad, es una calle de sentido único.
–Tengo ganas de ti.
–¿Qué?
–¡QUE TENGO GANAS DE TI!
Soñamos con el amor, lo perseguimos, lo encontramos y luego acabamos perdiéndolo. Día tras día, pensando que lo bueno estaba aún por llegar, esperando… y sin darnos cuenta acabamos perdidos en el presente.
Esta vez sólo quiero ser claro. Sería un imbécil si no gritara que me he equivocado contigo. Que la he cagado. En el principio, he intentado avanzar sin apartar antes las cosas que me lo impedían, agarrado al pasado, mirando para atrás, queriendo olvidar pero sin parar de recordar. Qué locura Gin, empeñado a quedarme ahí. En medio de un lado y del otro, sin perdonar, sin perdonarme, sin avanzar.
¿Dónde está el secreto del futuro, Gin? Puede que esté en fijarse bien, y en avanzar. Mirar más cerca. Más. Tan cerca que lo borroso se vuelve nítido, se vuelve claro… ¡Claro! ¡Hay cosas que pasaron antes! Mucho antes. No quiero esperar milagros… Sólo quiero que las cosas pasen.
Puedes ayudarme a arreglar este desastre si quieres. A lo mejor, si nos esforzamos, puede volver a quedar bien. Depende de nosotros, de los dos. Eso sí, no va a ser fácil, pero nada es imposible.