Tener un bebé requiere de mucha atención y cuidados, y muchos padres jóvenes se confunden acerca de qué favorece su desarrollo y qué no. Ninguno quisiera cometer errores que puedan dañarlos en el futuro debido a su inexperiencia o falta de conocimientos.
De acuerdo con un artículo escrito para el sitio web Psychology Today por la doctora Darcia Narvaez, estas son las cinco cosas que NO debes hacerle a tu bebé:
1. Ignorarlo
En condiciones naturales de nacimiento, los recién nacidos están listos para comunicarse con sus padres. Por supuesto, ellos no pueden hablar, pero pueden llorar y mover sus brazos (normalmente el izquierdo es autoreferencial y el derecho se enfoca en el compañero). Algunas madres comienzan a comunicarse con su hijos desde que está en el vientre, mediante cantos, música, lectura, pláticas.
¿Por qué es especialmente importante construir una relación con el bebé? Porque de ella dependen el comportamiento social y las habilidades para hacer amigos, entre otras. El acompañamiento que se brinde al bebé influye en un óptimo desarrollo emocional e intelectual.
Durante los primeros tres años de vida la comprensión de cómo funciona el mundo social queda registrada en la mente. Lo que se aprende en la vida temprana se aplicará para siempre en las relaciones.
2. Dejarlo llorar
Imagínate sentir dolor, pedir ayuda y ser ignorado: ¿cómo te sentirías? Probablemente mal acerca de ti mismo y enojado con tu familia. Para un bebé es mucho peor porque sus sistemas cerebrales están en pleno crecimiento, y registran los patrones de la vida social y cómo funciona la psicología. (En el caso del cerebro, el 75 por ciento se desarrolla después del nacimiento.)
El que un bebé se deje llorar es como una tortura porque técnicamente, en lo que se refiere a maduración y desarrollo psicológico, debía permanecer en el vientre hasta los 18 meses de edad. Si un bebé se altera continuamente, su cuerpo está siendo entrenando para ser ansioso y desconfiado. Los efectos de la falta de atención recibida se notarán después.
Cuando los bebés lloran lo hacen porque tienen necesidades y esa es la única forma en la que pueden comunicarse. Lo mejor es NO dejarlos llorar y prestar atención a las señales no verbales que dan: inquietud, el ceño fruncido, gestos, mucho movimiento con sus brazos, y tratar de atenderlas.
3. Dejarlo solo
Vivir en el aislamiento es lo peor que se le puede hacer a un ser humano. Los bebés están ‘diseñados’ para ‘conectar’ físicamente con sus padres, y no son capaces de entender por qué están solos. Interiorizan un sentido de injusticia y maldad que los acompañará durante sus vidas.
Por otro lado, los bebés son mamíferos que requieren de los adultos para satisfacer sus necesidades hasta que puedan hacerlo por ellos mismos. Los bebés no pueden aprender ‘independencia’. Si los aíslas, ocurrirá lo contrario: se volverán dependientes, tímidos e inseguros porque interiorizan el miedo y la inseguridad y los trasladan a sus actitudes hacia sus padres y hacia el mundo.
4. No tomarlo en brazos siempre que sea posible
Un bebé requiere ser sostenido, cargado (y no con miedo), desde el primer momento. Esa primera impresión de bienvenida, de acogida por parte de la madre y del mundo es fundamental. ¿Puede ese bebé relajarse y simplemente ser? Lo que necesita es justamente esa profunda relajación y una sensación de paz que llevará consigo más adelante en la vida.
Cuando los bebés están físicamente separados de sus padres, la respuesta de dolor se activa. Incluso una separación diaria de tres horas causa suficiente estrés en los primeros años de vida para inducir déficits en la memoria y en la producción de serotonina y oxitocina, los químicos relacionados con la felicidad.
5. Castigarlo
Muchos padres les dan nalgadas a sus hijos. El castigo corporal puede ser liberador para ellos pero, como la mayoría de los actos de agresión, tiene efectos negativos a largo plazo.
Los bebés están aprendiendo de la vida según la forma en la que son tratados. Los castigos tienen varios efectos perjudiciales obvios:
- El bebé tendrá menos confianza en sus padres y no se sentirá relajado a su alrededor.
- Tendrá menos confianza en sí mismo (ya que sus padres le han enseñado que sus impulsos no son importantes, o que incluso son malos).
- Si los padres castigan al bebé por querer explorar, debilitarán su motivación de aprendizaje (lo que afectará su rendimiento escolar en el futuro).
- Un estudio reciente demuestra que la mala conducta aumenta con el castigo.
- Fisiológicamente, el castigo activará una respuesta de estrés que no es aconsejable en la vida temprana ya que permanecerá, disminuyendo el bienestar, el crecimiento intelectual y volviendo las relaciones sociales más difíciles.
Unos padres cariñosos y sensibles son la mejor garantía de resultados positivos en un niño, como llevarse bien con otros o tener buenos resultados en la escuela. Los padres deben atender la individualidad de su hijo en cada situación particular, y procurar estar emocionalmente presentes.