La gran mayoría de las mujeres que están en proceso de convertirse en mamás usan el internet para informarse sobre todos los cambios que llegarán a su vida durante el embarazo y una vez que tengan al bebé en brazos. Además, investigan sobre todo lo que sucederá durante el parto, pero se olvidan de una pequeña cosita: la cesárea.
Recopilan todo sobre el parto, como la dilatación, el momento en que se rompe la fuente y hasta el tiempo entre contracciones, porque asumen que así será. Sin embargo, una vez que todo comienza, puede suceder lo impensable y entrar al quirófano para tener una cesárea. A continuación te dejamos algunas cosas que necesitas saber sobre esta cirugía.
1. ¿Quién estará en la cirugía contigo?
En el quirófano hay un ejército de personas que estarán a tu alrededor: un obstetra, anestesista, varias enfermeras y una matrona. Todos te asistirán y estarán al pendiente de ti y de tu bebé.
Pero también podrá estar a tu lado el papá del bebé o algún familiar para darte fuerzas y hacerte sentir como la prioridad número uno.
2. Sí, puedes escuchar música para relajarte
Es normal que te pongas nerviosa durante todo el proceso, pero quizá alguien del quirófano te pregunte: “¿qué música te gustaría escuchar?”. No temas mencionar tus canciones favoritas, porque eso te ayudará a relajarte. Lo mejor de todo es que cuando el bebé salga, siempre recordarás la canción que sonaba en ese momento.
3. Por algunos momentos estarás separada de tu pareja o familia
Cada hospital es diferente. En algunos permitirán que tu pareja esté ahí durante todo el proceso, mirando un poco de lejos, y en otros le pedirán que salga durante unos momentos de la habitación.
¡No te preocupes! Esto solo ocurrirá dos veces. La primera será mientras te preparan para comenzar con la cirugía y la segunda cuando él acompañe al bebé y tú estés siendo suturada. Esto es normal, solo trata de guardar la calma, relajarte y esperar a estar lista.
4. Sentirás algunos empujones y tirones, pero ¡no duele!
Una vez que la anestesia haga efecto en tu cuerpo, los doctores comenzarán con el procedimiento. Sentirás algunos tirones, jalones y movimientos, pero ninguna clase de dolor. Aunque si lo sientes, es importante mencionarle al médico lo que sucede. Después escucharás el grito más hermoso del mundo y ahí estará tu bebé.
5. Puedes vomitar durante la cirugía
No es lo más agradable del mundo, pero sucede frecuentemente. Ahora ya es tan común que los hospitales ofrecen un remedio que sabe muy mal y que tiene como finalidad reducir los ácidos estomacales por si vomitas mientras estás en la cirugía. Si tienes miedo de que suceda, habla con el anestesiólogo para tratar de evitarlo.
6. Ahora viene la recuperación
Una vez que te hayan limpiado y suturado, vendrá el momento de llevarte a la sala de recuperación y sucederá lo siguiente:
- Una enfermera estará de guardia cuidando todos tus signos vitales.
- Se controlará regularmente tu respiración, frecuencia cardíaca, presión arterial y vendaje para heridas. Además, se te dará medicina para el dolor.
Cuando pase la anestesia, tendrás que experimentar con la lactancia materna por primera vez. No será sencillo, especialmente al momento de tener que sentarte.
7. Tendrás una pequeña bolsa que te ayudará a hacer pipí
Sentirás la necesidad de orinar, pero no será necesario que te pares en búsqueda de un baño, pues tendrás un dispositivo que te ayude a realizar todo el proceso. Estarás en cama durante al menos 12 horas, sin moverte, así que será de gran ayuda.
8. Has todas las preguntas a los doctores y enfermeras
Las enfermeras y doctores saben todo sobre partos y cuidados de bebés, así que no temas en hacer todas las preguntas que puedas, desde cómo alimentarlo, bañarlo, colocar el pañal y, especialmente, qué cuidados debes tener en las siguientes semanas con tu cirugía.
9. Ponte de pie lo más rápido que puedas
Sí, sabemos que es doloroso y que quizá sientes que te quiebres, pero pararte rápido ayudará a que sanes más pronto. Además, así expulsarás los gases que se generan durante la cirugía y que se vuelven una molestia en tu abdomen.
10. ¿Cómo debes quitarte el vendaje?
Esto es quizá lo más importante que debes saber porque durante todo el tiempo en el hospital tienes un vendaje en tu abdomen que solo las enfermeras se encargan de cambiar y después, ¿qué es lo que pasa?
Es diferente para cada paciente, pero lo recomendable es dejar el vendaje cerca de una semana después de la cirugía. Suena simple, ¿verdad? ¡Pues no! Es muy incómodo.
Cuando lo quites por primera vez para tomar una ducha, tu abdomen se sentirá muy sensible y como si no fuera parte de ti. Pero el vendaje funciona para tener todo en su lugar, así que una vez que termines de tomar el baño, es importante volver a vendarte. Consigue ayuda para que todo el proceso sea más sencillo.
11. Si tu parto no salió como esperabas, pide ayuda
Pasar por una cirugía durante el parto puede resultar muy traumático, especialmente cuando en tu mente habías planeado un escenario muy diferente. Por esta razón es importante que si no salió como lo soñaste, busques ayuda psicológica. Esto te ayudará a aceptar la situación y lidiar con todo el dolor por el que estás pasando.