Ser madre de hijos varones puede ser la tarea más increíble y desafiante a la vez. Muchas veces implica cambiar tu delicado mundo de maquillaje, perfumes, cremas, exfoliaciones y mascarillas por carritos de plástico, tierra, todo tipo de insectos, deportes, competencias y mucha testosterona.
Tener únicamente hijos no significa que dejes de ser la chica femenina que siempre has sido (de hecho lo necesitarás más que nunca), pero definitivamente es una experiencia que te cambia la vida en formas insospechadas, y hay una vida llena de ventajas y desafíos en ser madre de hijos del sexo opuesto. Si estás próxima a tener un pequeño o ya eres madre de uno, aquí te diremos algunas cosas que agradecerás conocer sobre este tema.
1. Eres su primer amor
Así como te enamoras de tus hijos, ellos lo hacen de ti en el sentido más saludable que puedas imaginar. A través de ti aprenden a amar a las mujeres y la forma en la que deben ser amados por ellas.
2. Debes amar la hora del baño
Y no es precisamente la idea de la tina rodeada de velas aromáticas y una copa de tinto al lado, sino más bien la idea de dar baños porque los niños vaya que lo necesitan. Desde pequeños son intrépidos, inquietos y traviesos, así que es mejor que te hagas a la idea de salpicones de agua, olor a perro mojado, pisos húmedos y montones de toallas sucias.
3. Necesitarás paciencia
Y gritarás con desesperación por no saber qué hacer en ciertas situaciones con uno o más pequeños llenos de energía que corren por todas partes y gritan mientras tú te debates entre sacar la bruja que llevas dentro o sentarte a llorar esperando que se cansen.
4. A veces puede ser muy conveniente
Los chicos son independientes, y aunque a veces tardas años en darte cuenta, criar hijos puede representar un poco más de independencia porque hay actividades que ellos hacen solos, y eso te permite tener más momentos para ti a solas.
5. Serás su prototipo de mujer
Y no sólo en lo referente a su formación de acuerdo con tus ideas sobre el respeto o la amabilidad, sino también sobre la forma en la que ellos reciben atención y merecen ser tratados con cariño. Los chicos con madres fuertes y que se respetan a sí mismas siempre buscarán una mujer similar como pareja.
6. Te acostumbrarás a las peleas por el toilet
No importa cuántas veces se lo repitas o a los cuantos meses le hayas enseñado a poner el asiento abajo nuevamente y las cuestiones básicas de la cortesía habitual, siempre habrá algún detalle: dejan el papel higiénico en lugares extraños, o recuerdan bajar el asiento pero no descargar el depósito.
7. Y al humor de flatulencias
Si fuiste favorecida con sentido del humor más bien simple, será mucho más fácil lidiar con el hecho indiscutible de que los niños creen que las flatulencias son divertidas, y lo único que puedes manejar en realidad es en qué grado te estresará. Si ríes con ellos todo será mucho más fácil.
8. No tendrás dramas femeninos
Sólo el que tú misma provoques. La verdad es que con el paso del tiempo descubrirás las ventajas de tener hombres en casa y no navegar entre las turbulentas aguas de la psique femenina todo el tiempo.
9. Pero sí habrá drama
A pesar de que todo mundo dice lo contrario, los hombres también tienen su dosis de drama integrado. Tendrás tu dosis de pataletas, ojos en blanco, portazos y drama general. Así que cuando alguien afirme que tienes suerte porque los niños no son dramáticos, puedes contestar tranquilamente que no tiene la menor idea de lo que está diciendo.
10. Tu casa estará en desorden
No es una regla general, porque también tiene mucho que ver la manera en la que los eduques, pero sí es un hecho que la inquietud propia de los varones hace que desarrollen esa extraña habilidad de dejar un espacio como si acabara de pasar un huracán.
11. Son más independientes
No tiene nada que ver con el tipo de crianza que tengan, sino más bien con una cuestión de género. Desde pequeños, los chicos son más independientes y es más común que salgan a explorar el mundo mucho antes que las chicas. También se meten en problemas, pero son menos vulnerables a ser molestados.
12. Cambiará tu idea de seguridad
Fuiste criada con ideas muy específicas sobre cómo se debe cuidar a un pequeño. Desde esterilizar el biberón hasta usar cierta marca de pañales, todos conocemos a una mamá sobreprotectora que parece que desearía que ni el aire tocara a sus hijos. Pero los chicos son rudos y saltan, se raspan y se ensucian todo el tiempo, así que en realidad rara vez tendrás el control absoluto en cualquier situación. Sólo asegúrate de tener suficiente alcohol y banditas y relájate un poco, por tu propia salud.
13. Te preguntarás qué hubiera pasado
No hay nada de malo en preguntarse cómo hubiera sido si fueras madre de una pequeña, en cómo se vería y a quién se parecería. Las cosas que no suceden son las que nos hace preguntarnos qué hubiera sido. No te preocupes, eso pasará.
14. Los jeans no dura tanto
Te darás cuenta que esa marca que prometía durabilidad en realidad es un gran timo, porque no hay prenda que les pueda seguir el paso. Es realmente sorprendente cómo esa tela pensada para uso rudo, simplemente se rompe ante la primer caída. Acostúmbrate a los parches.
15. Es todo un reto
Pero sin duda es el mejor desafío de tu vida. Criar hombres de bien es un proceso maravilloso y honorable, es una responsabilidad que a veces puede ser un tanto abrumadora pero que te dará la mayor de las recompensas. ¡Disfrútalo!