El síndrome de muerte infantil súbita (SIDS, por sus siglas en inglés), coloquialmente conocida como la “muerte de cuna”, es un fallecimiento inesperado sin causa aparente que ocurre generalmente entre el primer y sexto mes de vida de un bebé, y usualmente ocurre mientras duermen. Es muy raro que suceda antes del primer mes y después del primer año.
A pesar de ser una causa de muerte en niños que se ha estudiado por muchos años, hasta ahora no se había identificado con exactitud lo que la provoca, pero se sabía que estaba asociada con problemas en el sueño infantil. Sin embargo, un innovador estudio realizado por una doctora que perdió a su hijo de dos años parece haber revelado la posible causa de este síndrome.
La Dra. Carmel Harrington es experta en el sueño, ya que luego de perder a su hijo Damien a causa de muerte de cuna en 1991, realizó un doctorado en la Universidad de Sydney en Australia, con la finalidad de descubrir qué es lo que provoca que los bebés mueran.
Desde entonces, ha dedicado su vida a encontrar la raíz de este padecimiento, y según su estudio realizado en The Children’s Hospital at Westmead en Sydney que se publicará en la revista eBioMedicine de The Lancet en junio de 2022, es probable que, tras 29 años de la muerte de Damien, finalmente haya encontrado una razón sólida que será de gran ayuda en un futuro.
Durante muchos años, los científicos han asociado la causa de la muerte de cuna con un mal funcionamiento o problemas de sueño que provoca que los bebés no se despierten si dejan de respirar mientras duermen. Sin embargo, el estudio realizado por la Dra. Harrington arroja que lo que lo provoca tiene que ver con la enzima butirilcolinesterasa (BChE).
Resulta que esta enzima es vital en la vía de excitación del cerebro, y detectó que es más baja en los bebés que murieron a causa de SIDS en comparación con la de otros niños. Por esto, los investigadores creen que se debe a un déficit de activación, lo que provoca que la capacidad de que los bebés se despierten o respondan al entorno externo se vea reducida.
Para la realización de dicho estudio, se analizaron muestras de sangre seca de 722 bebés, de los cuales 67 murieron a causa de muerte de cuna, junto a 10 muestras de niños nacidos el mismo día y del mismo sexo de los fallecidos por SIDS. Los resultados que estas muestras arrojaron muestran que los pequeños que tuvieron muerte de cuna presentaron niveles más bajos de BChE pocos días después de nacidos.
Los bebés tienen un mecanismo muy poderoso para avisarnos cuando no están contentos. Por lo general, si un bebé se enfrenta a una situación que pone en peligro su vida, como dificultad para respirar mientras duerme porque está boca abajo, se despertará y llorará. Lo que muestra esta investigación es que algunos bebés no tienen esta misma respuesta de excitación robusta.
– Dra. Carmel Harrington
Cuando la Dra. Harrington perdió a su hijo hace casi 30 años, el personal del hospital le dijo que ‘regresara a casa a disfrutar de sus hijos que aún tenía con vida’. Sin embargo, ella tomó la decisión de renunciar a su empleo como abogada y retomó su carrera como bioquímica investigadora. Lo que la ha llevado a dedicar parte de su vida a una exhaustiva investigación para dar con la causa de este tipo de muerte.