Los padres tienen miedo de corregir a sus hijos y que estos sientan algún tipo de incomodidad, afirma Emma Jenner, escritora de origen inglés, quien también tiene formación como niñera con más de dos décadas de experiencia.
Para ella, es preocupante el panorama en estos últimos años. La colaboradora de Huffinton Post segura que la paternidad se encuentra en crisis por varias razones, de las cuales cinco son las más graves, en sus propias palabras:
1. Tenemos miedo de nuestros hijos
“Acostumbro hacer una prueba en la que observo cómo los padres sirven el desayuno a sus hijos en la mañana. Si el niño dice: ‘¡quiero la taza rosa, no la azul!’, aunque la madre ya haya vaciado la leche en la azul, observo cuidadosamente las reacciones de los padres. ¡Error! ¿A qué le temes, mamá? ¿Quién está a cargo aquí? Déjalo que haga berrinche si quiere, y retírate para que no tengas que escucharlo llorar. Por favor, no trabajes más de la cuenta sólo por complacerlo; y lo más importante: piensa en lo que le enseñas… si le das lo que quiere sólo porque le da un ataque”.
2. Hemos bajado las expectativas
“Cuando los niños se portan mal, ya sea en público o en privado, los padres sólo se encogen de hombros, como si dijeran: ‘así son los niños”‘. Te aseguro que no debe ser de esa forma. Los niños son capaces de mucho más de lo que los padres generalmente esperan de ellos en cuanto a sus modales, al respeto por los mayores, las tareas, generosidad y autocontrol. ¿No crees que un niño pueda permanecer sentado durante la cena en un restaurante? Nada de eso. ¿Crees que un niño no es capaz de limpiar la mesa sin que se le pida? De nuevo no es así: La única razón por la cual no se comporta es porque no se le ha enseñado cómo hacerlo y no esperas que lo haga. Es simple, aumenta tus expectativas y tus hijos las cumplirán”.
3. Hemos perdido las costumbres locales
“Hace tiempo se acostumbraba que los conductores de autobús, maestros y otros padres de familia tuvieran carta abierta para corregir a los niños maleducados. Eran los ojos y oídos de los padres cuando los niños no estaban a la vista y todos ayudaban a criar adecuadamente a niños y niñas. Todo el pueblo apoyaba. Ahora, cuando alguien que no es el padre de los niños se atreve a corregirlo, los padres se molestan. Quieren que su hijo parezca perfecto y por eso no aceptan que maestros u otras personas digan lo contrario. Se enojarán e irán a hablar con el profesor en lugar de disciplinar a su hijo por no comportarse en clase. Sienten que necesitan proyectar una imagen perfecta al mundo y desgraciadamente su inseguridad se ve reforzada porque muchos padres se juzgan entre sí. Si un niño hace berrinche, todos los ojos se vuelven hacia la madre con desaprobación. En su lugar, debería ser apoyada porque es muy probable que el berrinche haya iniciado porque no cedió ante alguna exigencia del niño”.
4. Nos apoyamos en los atajos
“Creo que es maravilloso que los padres tengan todo tipo de aparatos electrónicos para ayudarlos durante los vuelos o los largos recorridos para ir al consultorio del médico. También es fabuloso que podemos ordenar los abarrotes en línea y calentar comida sana en el microondas. Los padres están más ocupados que nunca, y estoy a favor de hacer las cosas más fáciles cuando sea necesario. Pero los atajos también pueden ser un terreno resbaladizo. Cuando ves lo bien que ‘Caillou’ entretiene a tu hijo en el vuelo, no caigas en la tentación de ponerlo cuando estén en un restaurante. Deben aprender a entretenerse por su cuenta. Deben aprender que no toda la comida estará caliente y lista en menos de tres minutos, y lo ideal es que también aprendan a ayudar para prepararla. Los bebés deben aprender a tranquilizarse solos en lugar de sentarlos en una silla vibradora cada vez que estén de mal humor. Los niños necesitan levantarse por sí mismos cada vez que se caen en lugar de solo alzar los brazos a mamá o papá. Enseña a los niños que los atajos pueden ayudar, pero que hay una gran satisfacción en hacer las cosas tranquilamente”.
5. Los padres ponen las necesidades de los hijos por encima de las suyas
“De manera natural, los padres tienden a cuidar a sus hijos primero, y eso es bueno para la evolución. Soy una defensora de establecer un horario que se ajuste a las necesidades de los hijos, y de prácticas como alimentar y vestir a los niños primeros. Pero los padres de ahora han ido muy lejos, sometiendo completamente sus propias necesidades y salud mental a la de sus hijos. Así, es frecuente ver a muchas madres levantarse una y otra vez de la cama para satisfacer los caprichos del niño, o padres que dejan todo y corren de extremo a extremo del zoológico para traer una bebida a su hija. No hay nada malo con levantarse y darle a tu hijo otro vaso de agua en la noche, no hay nada malo si ese padre en el zoológico dice: ‘claro que puedes tener una bebida, pero debes esperar hasta que lleguemos a la próxima fuente de sodas’. No hay nada malo en usar la palabra ‘no’ de vez en cuando, no hay nada malo en pedir a tu hijo que se entretenga solo por un rato porque a mamá le gustaría usar el baño en privado o quiere hojear una revista”.
“Temo que si no empezamos a corregir pronto estos cinco graves errores, los niños que ahora criamos crecerán y serán adultos arrogantes, egoístas, impacientes y maleducados. No será su culpa, sino nuestra. Nunca les enseñamos algo diferente, nunca esperamos más de ellos. Nunca quisimos que se sintieran incómodos y cuando ya es inevitable, no están preparados. Así que por favor, padres y cuidadores de todo el mundo, les pido que exijan más a los niños. Que esperen más de ellos, que compartan sus luchas, que les den menos y que juntos des preparemos para que tengan éxito en el mundo real y no en el mundo protegido que hemos creado para ellos”.