Cuando llega el tiempo de calor, los vestidos son una de esas prendas que nos salvan, pues además de ayudarnos a vernos arregladas con muy poco esfuerzo, son cómodos, frescos, bonitos y versátiles a más no poder.
Al momento de combinarlos, tenemos mil opciones y la elección dependerá totalmente de nuestro estilo y preferencia personal. Aunque hay estilos que van bien con todo el mundo, sabemos que todas necesitamos opciones casuales de vez en cuando. En ese caso, nuestras queridas chamarras de mezclilla llegan al rescate.