Ir a la escuela y verte fashion es todo un reto que, aceptémoslo, la mayoría de las mujeres no podemos cumplir porque ese “cinco minutos más” antes de levantarnos se convierte en media hora hasta que solo conseguimos bañarnos, comer un pan e irnos corriendo a la escuela.
Ni una manita de gato ni una mirada en el espejo… ¡es más!, a veces nuestro outfit ni siquiera combina. Pero en Nueva York hay chicos y chicas que parecen tener una especie de pacto con el diablo -por eso de que viste a la moda-, que se ven como si estuvieran en el Fashion Week y el camino de su casa a Parsons y New School fuera su pasarela.