Cada día es más común ver a personas que se preocupan por el medio ambiente, y eso está perfecto porque desean conservar su hogar durante mucho tiempo, como Sarah Tyau, madre de tres niños y una de las tantas que están ayudando al planeta.
Solo en Estados Unidos se desechan alrededor de 32 kilos de ropa por persona cada año, y eso no es todo: la industria de la moda es la responsable del 10 por ciento de las emisiones de carbono globales; eso quiere decir que es el segundo mayor contaminador industrial después del petróleo. Por esta sencilla razón, Sarah comenzó a reciclar ropa vieja… claro, además que así podía ahorrar un poco de dinero. Lo que inició como una manera de ahorrar se convirtió en una filosofía de vida y actualmente ha transformado cientos de prendas viejas, desde camisas, pantalones y hasta faldas, y el resultado es fantástico.