Lamentablemente, en algún momento de la vida todos sufrimos por tener el corazón roto. Cuando una persona nos decepciona, es inevitable no sentir cómo nuestro corazón se hace añicos. Esta experiencia es muy dolorosa y difícil de superar, pero no imposible.
¿Alguna vez has tenido el corazón roto? Seguramente has sentido ese dolor que invade cada parte de tu ser, porque no sólo duele el pecho: te duele cada centímetro del cuerpo, sientes que te falta el aire y crees que no podrás sobrevivir a tal agonía. ¿Por qué sucede esto? Científicos se han dado a la tarea de investigar exactamente qué pasa cuando un hombre le rompe el corazón a una mujer y estas son sus conclusiones.
1. Alguien con el corazón roto siente lo mismo que un adicto al dejar las drogas
El amor es tan adictivo como la cocaína. Cuando estamos en una relación de pareja nos volvemos adictos a esa persona, a sus besos, a disfrutar de su compañía. Por eso cuando todo termina, es como entrar en un estado de abstinencia igual que cualquier adicto cuando deja las drogas.
Según un estudio publicado en el Journal of Neurophysiology, el cerebro de las personas percibe un rompimiento amoroso de la misma manera que una persona adicta siente la necesidad de consumir más sustancias cuando ya no puede tenerlas. Esto explica la desesperación, la toma de decisiones sin razón, la sensación de estar muriendo lentamente y la necesidad de volver a tener esa ‘droga’.
2. El cuerpo experimenta dolor físico
Tener el corazón roto duele y no sólo emocionalmente, sino también a nivel físico. El director de neurociencia de la Universidad de Columbia, Edward E. Smith, asegura que cuando una persona dice sentir dolor físico al atravesar por un rompimiento amoroso, no debe tomarse como algo trivial.
El dolor físico existe, es real. Diversos estudios han comprobado que muchas enfermedades y malestares corporales tienen raíces emocionales; por eso el cuerpo de una persona con el corazón roto puede experimentar un dolor tan fuerte como el que provoca cualquier otra enfermedad.
3. Se modifica el apetito
No tener hambre y dejar de comer cuando tenemos el corazón roto es totalmente normal. Estudios revelan que cuando sufrimos por amor se ve reflejado en nuestro apetito; esto se debe al gran estrés que estamos enfrentando.
Pero también comer abruptamente puede ser otra consecuencia de tener el corazón roto. El apetito se ve modificado de una u otra manera por una ruptura amorosa, y hay personas que se refugian en la comida para tratar de mitigar un poco el dolor que sienten.
4. Se siente una depresión real, no sólo tristeza
No, no todas las personas que tienen el corazón roto están exagerando cuando aseguran que se sienten deprimidas. Un estudio realizado por investigadores de Virginia Commonwealth University en Richmond, llegó a la conclusión de que las mujeres con el corazón roto sufrían de baja autoestima, lo que hace que sean más propensas a caer en depresión.
5. Un rompimiento amoroso puede causar más separaciones
Cuando te rompen el corazón todo se viene abajo. De acuerdo con una encuesta, cuando te rompen el corazón, las posibilidades de que las relaciones de tus amigos también terminen incrementan un 75%.
6. Puede llegar a morir
Suena drástico pero es real. Morir por amor es posible. Se ha comprobado que las personas que han experimentado una ruptura amorosa incrementan tanto los niveles de estrés que pueden llegar a tener un ataque al corazón.
No todo es tan malo
Aunque parezca que no hay salida y que el mundo nunca volverá a ser como antes, que jamás podrás superar tanto dolor y tu vida se quedará estancada en ese agujero sin salida, no es así. Tener el corazón roto también tiene su lado positivo y aquí te lo decimos:
1. Te motiva a realizar grandes cambios en tu vida
Los rompimientos pueden ser un gran motor que te impulsa a generar cambios positivos en la vida.
Dicen que los grandes cambios vienen acompañados de una gran sacudida, y una encuesta asegura que el 84% de los participantes, afirmaron que tener el corazón roto fue una gran motivación para realizar grandes cambios en su vida. Además, el 35% aseguró que después del fracaso amoroso, se plantearon nuevas metas en cuanto a realizar una actividad física. Sólo el 7% confesó haber subido de peso tras la decepción.
2. Te reencuentra contigo misma
Las relaciones pueden hacer que una persona modifique su vida a tal punto de ser completamente diferente a cómo era en un principio. Erica Slotter, psicóloga de la Northwesterm University en Illinois explica que las personas que tienen una relación crean una nueva identidad entre ambos: se vuelven uno mismo, unifican su circulo de amistad, van a los mismos lugares, realizan las mismas cosas y tienen las mismas costumbres. Un rompimiento hace que pasemos tiempo a solas reflexionando acerca de lo que éramos y ya no. Nos reconecta con nosotras mismas y nos hace volver al rumbo que perdimos tiempo atrás.