Podemos empezar desde Kanye West en 2009 arrebatando el micrófono de Taylor Swift a mitad de su discurso; Donald Trump interrumpiendo a Hilary Clinton en innumerables ocasiones durante el debate presidencial; y cómo olvidar a Miranda Hobbs en Sex And The City cuando renuncia porque su jefe es un nefasto que siempre la interrumpe, incluso levanta su mano al aire para detenerla al hablar.
Molesto, innecesario, frustrante, pero más que nada, difícil de entender: ¿por qué los hombres son interrumpidos menos veces al hablar que las mujeres? La ciencia confirma que Manterrupting existe, aquí el estudio.
La interrupción masculina innecesaria del discurso femenino
Sin duda, hombres interrumpiendo a mujeres no es algo nuevo, conocemos a este fenómeno desde 1975 cuando un estudio pionero, hecho por los sociólogos Don Zimmerman y Candance West, examinaron alrededor de 31 conversaciones entre varias combinaciones de personas. El resultado fue que de 11 conversaciones entre hombres y mujeres, los caballeros ganaron en interrupción diez a uno.
Más recientemente, en 2014, un estudio encontró que la mayoría de la mayoría de las personas que solían ser interrumpidas en conversaciones solían ser las mujeres, e incluso interrumpidas por las mismas mujeres; aún as,í quienes llevan la ventaja en “robando la palabra”, siguen siendo ellos.
https://youtu.be/5v3iZzaO16Q?t=55s
En un estudio separado, aunque mucho más informal, Kieran Snyder, escritora y lingüista estadounidense, observó 900 minutos de conversaciones entre hombres y mujeres trabajando dentro de una industria de tecnología. El estudio reveló que los hombres interrumpían el doble de veces que las mujeres.
No podemos huir de este fenómeno, pues incluso mujeres con alto poder en la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, como Ruth Bader Ginsburg, suelen ser interrumpidas constantemente.
Otro estudio, publicado a principios del 2017, demuestra que la población masculina en cortes de justicia, durante los últimos años han demostrado su descontento al incremento de mujeres sirviendo como funcionarias, reaccionando el doble de interrupciones durante sesiones legislativas.
Profesores de la escuela Northwestern Pritzker estudiaron argumentos dentro de la Suprema Corte de 1990, 2002 y 2015, para comparar cuán frecuentemente las mujeres legisladoras eran interrumpidas por sus colegas. Predeciblemente, cuando se incrementó el ingreso a mujeres políticas en la corte, más subió el índice de interrupciones masculinas.
Manterrupting es un fenómeno real
En junio de 2017, The New York Times recibió una sorprendente respuesta femenina cuando se le pidió a las mujeres lectoras que enviaran sus experiencias con la Manterrupting. La cuenta de Facebook de la revista estadounidense se llenó de las quejas femeninas:
Mujeres en un alto rango dentro de industrias, y altos niveles, han ofrecido cientos de ejemplos de formas en que han sido interrumpidas mientras hacen su trabajo. Que te quiten la palabra o que seas callada es una experiencia exageradamente bien conocida por una mujer, en comparación a la de los hombres.
Ser mujer y tener que guardar silencio mientras estás sentada en la mesa no debe ser una experiencia “bien conocida” por la población femenina. Las mujeres más importantes del mundo seguramente han batallado al igual que las mismas que tenemos una opinión durante una reunión social y de igual manera hemos sido calladas.
No detengas tus palabras, parecerá incómodo para ti, pero ellos se verán más irrespetuosos por haberte robado la palabra cuando, claramente, aún no has terminado de hablar; intenta ser más asertiva al hablar para no dar mucho rodeo sobre un tema, así que habla rápido, claro y fuerte; evita el contacto visual, sobre todo de quien sabes que posiblemente te podría interrumpir, y finalmente, muestra un lenguaje corporal que demuestre “quien tiene la palabra”.