En una cultura que en la que durante muchos años las mujeres has sido relegadas a un segundo plano, resulta alentador saber que la mentalidad de los jóvenes están dejando atrás actitudes y pensamientos conservadores y hasta cierto punto retrógrados a favor de un desarrollo más equitativo en cuestiones de género.
En este sentido, una de las mujeres que se encuentra fuera del estereotipo conservador es la Jequesa Mozah Bint Nasser al Missned, una de las tres mujeres del ex emir de Qatar, y quien a sus 56 años es un ejemplo de belleza, inteligencia y porte, además de desempeñar un papel decisivo en el desarrollo, modernización y el estrechamiento de relaciones entre su país con el occidente.
Una mujer poco convencional
La jequesa se distingue del prototipo tradicional de esposas de gobernantes árabes. A pesar de ser la segunda de las tres esposas del ex emir, fue considera durante muchos años como la primera dama del Estado y acompaña a su marido durante las visitas oficiales al extranjero.
Porte y belleza indiscutibles
Es considerada una de las mujeres más elegantes y mediáticas, a la par de la reina Rania de Jordania Lalla Salma de Marruecos no sólo de los países árabes sino del mundo.
Inteligencia y visión
La Jequesa se graduó en Sociología por la Universidad de Qatar y continuó sus estudios en Estados Unidos. Su condición de plebeya no fue impedimento para casarse con el jeque, aunque tuvo que pasar por alto las reglas para lograrlo. Es una mujer versada en temas de política interior y exterior, y como vicepresidenta del Consejo Superior de la Educación, atrajo inversiones de millones de dólares para el Parque de Ciencia y tecnología de Quatar, que es una especie de moderno Silicon Valley.
La “eminencia gris”
También se le considera una especia de ’eminencia gris’ o el poder detrás del trono de Qatar, debido a que su hijo Tamim bin Hammad Al Tani es el heredero del trono (sin ser el hijo mayor, como dicta la tradición), además de ser el monarca más joven del mundo.
Sensible a las causas comunitarias
Es embajadora especial de la UNESCO y dedica gran parte de su tiempo a su Fundación Árabe para la Democracia, cuyo objetivo es el desarrollo de las bases de la sociedad civil en los países del medio este y establecer medios de comunicación libres. También fue ella quien creó una ciudad universitaria en las afueras de la capital y preside el Consejo Superior de Asuntos Familiares.
El carisma de la consorte
La Jequesa es un ejemplo de buen gusto, con un estilo propio que refleja su individualidad, sin dejar de lado las costumbres del hiyab o la abaya, prendas propias del país islámico, adaptadas con un discreto turbante o con trajes de alta costura generalmente en un sólo color, y de cortes clásicos.