Parece mentira que, al día de hoy, todavía haya en algunos hombres restos de la herencia cavernícola que les hace pensar que las mujeres están uno o varios escalones por debajo de ellos. Lo preocupante es que este tipo de espécimen sea parte del pequeño grupo que toma decisiones en política, economía, salud, educación.
Habrá que dudar acerca de si están conscientes de la responsabilidad e influencia que se supone que tienen. En su momento ya lo demostró Evo Morales, presidente de Bolivia, en el 2015; o, sin ir más lejos, Donald Trump, actual presidente de Estados Unidos. Esta vez ha sido el turno de Janusz Korwin-Mikke, eurodiputado polaco y fundador del partido Coalición para la Renovación de la República – Libertad y Esperanza.
“Las mujeres son más débiles”
El polémico eurodiputado, conocido por sus comentarios racistas, sexistas y antisemitas, encendió la tribuna de la Eurocámara al emitir declaraciones con respecto a la discusión que se llevaba a cabo respecto a la brecha salarial entre hombres y mujeres, que alcanza un promedio de 16% en el Viejo Continente.
“¿Sabe usted qué papel ocupaban las mujeres en las Olimpiadas griegas? La primera mujer, ya se lo digo yo, ocupó el puesto 800. ¿Sabe usted cuántas mujeres hay entre los primeros 100 jugadores de ajedrez? Se lo diré: ninguna. Por supuesto que las mujeres deben ganar menos que los hombres porque son más débiles, más pequeñas, menos inteligentes”.
Dijo ante el pleno.
Y una mujer respondió…
La eurodiputada del Partido Social Obrero Español y presidenta de la Comisión de Igualdad del Parlamento Europeo, Iratxe García, pidió la palabra inmediatamente para contestarle:
“Mire, señor diputado, según sus teorías yo no tendría derecho de estar aquí como diputada. Y sé que le duele y le preocupa que hoy las mujeres podamos estar representando a los ciudadanos en igualdad de condiciones. Yo aquí vengo a defender a las mujeres europeas de hombres como usted”.
Todo se paga en este mundo
Sin embargo, un comentario como el del polaco no es un caso aislado. El eurodiputado de extrema derecha, casado tres veces y con ocho hijos, tiene una merecida fama de provocador que le ha costado ser sancionado dos veces por el Parlamento Europeo a causa de sus discursos racistas y ofensivos: en 2012 por sus comentarios contra las personas de color y en 2015 por entrar en el pleno haciendo un saludo nazi, lo que le costó una suspensión de sueldo de 10 días y una multa de 3 mil euros.
La salida de tono del parlamentario en la Eurocámara, que tiene entre sus principios básicos la defensa de la igualdad, puede tener consecuencias. El líder de los socialistas, el italiano Gianni Pittella, ha pedido este jueves:
“Una sanción ejemplar contra las vergonzosas declaraciones de Korwin-Mikke, que van contra los principios de igualdad de género de esta casa”.
El presidente ha anunciado una investigación contra el polaco que puede derivar en sanciones.