En el siglo XVIII, Arabia Saudita adoptó una interpretación ultraconservadora del islam denominada wahabismo, caracterizada por prohibiciones estrictas contra la mujer que han generado fuertes críticas a escala internacional. Afortunadamente, el príncipe heredero Mohammed bin Salman ha tomado una serie de medidas en un intento por flexibilizar el hermetismo del reino.
El primer día de agosto, el gobierno saudí anunció una reforma que permitirá a las mujeres mayores de 21 años solicitar su pasaporte y viajar sin permiso de su guardián masculino, medida que se suma al retiro de la prohibición de que conduzcan, aprobada el año pasado en pro de una controlada flexibilización de la vida pública.
De acuerdo con el sistema de guardianes masculinos en ese país, son los esposos, familiares masculinos o padres quienes tienen la autoridad para tomar decisiones sobre las mujeres en temas relevantes.
Además de las reformas en materia civil, que incluyen la posibilidad de que las mujeres declaren oficialmente un nacimiento, matrimonio o divorcio, y de brindarles la posibilidad de mantener la patria potestad sobre sus hijos menores de edad, fueron anunciadas otras de tipo laboral que abren mayores oportunidades de empleo para las mujeres estableciendo que “todos los ciudadanos tienen el derecho a trabajar sin enfrentar discriminación basada en género, discapacidad o edad”.
Esta medida en el ámbito laboral podría obedecer a la intención del príncipe Bin Salman que presentó en 2016 un plan orientado a transformar la economía del país para el 2030, basado en incrementar la participación de las mujeres en la fuerza laboral de un 22 a un 30 por ciento.
No obstante los intentos por abrir el país a la modernidad y contrarrestar la oleada de detracciones por violar los derechos humanos y por las severas medidas impuestas el último año contra reconocidas activistas de los derechos de las mujeres, quienes han sido encarceladas y torturadas, aún existe un gran número de restricciones vigentes: las mujeres necesitan permiso de un pariente masculino para casarse o vivir solas; además, no pueden traspasar su ciudadanía a sus hijos ni puedan darles el consentimiento cuando se casen, por mencionar algunas.
El decreto real emitido luego de registrarse intentos de escape al extranjero por parte de mujeres de alto perfil fue celebrado por las sauditas en redes sociales; entre ellas se manifestó la primera mujer enviada como embajadora en Estados Unidos, Reema bint Bandar Al Saud, quien expresó su entusiasmo por las enmiendas “que elevan el estatus de las mujeres sauditas”.