Es una mentira que las mujeres necesiten ‘atraer’ a los hombres. Que necesiten la falda perfecta, un lápiz labial tentador, ser inteligentes pero seductoras, atractivas y a la vez juveniles; ser divertidas e ingeniosas, pero no demasiado agradables… En fin, encajar en el molde de la chica de los sueños del hombre donde la mujer sea quien tiene que capturar su amor. Afortunadamente, así no es cómo funciona, al menos no para todas las mujeres fuertes que conozco. Por el contrario, las mujeres que se aman a sí mismas no están buscando adaptarse a un molde en especifico. No están disfrazando su físico ni sus pensamientos.
Ellas saben quiénes son, sin embargo, el problema es que parece que no pueden encontrar a un hombre que puedan amar. Un hombre que sea interesante y las seduzca. Un hombre que sea digno de su atención y su tiempo.
Este es el nuevo dilema: la difícil situación de la mujer soltera. Ya no es su problema, pero es un problema. Las mujeres ya no están solas porque algo está mal con ellas. Ya no se sienten solas porque son indeseables o poco atractivas. Las mujeres están solas porque nadie es lo suficientemente bueno para ellas.
“No estoy preocupada por impresionarte; me preocupa que tú no me impresiones”
No sólo me conozco; también me amo. Me he tomado el tiempo para averiguar quién soy y qué creo. Ahora sólo tengo que encontrar a un hombre que tenga los mismos pensamientos sobre sí mismo.
Necesito a un hombre que no esté en medio de una crisis de identidad. Un hombre que sepa lo que vale sin ser idiota o arrogante. Un hombre que simplemente no imite mis acciones o limite mi libertad porque no puede manejar a una mujer que tiene más fuerza y carácter que él.
“No estoy preocupada por mis puntos de vista; estoy preocupada por los tuyos”
Sé quién soy y qué es lo que quiero. Tú, sin embargo, no estoy tan segura. Yo sé lo que represento y lo que creo. Tengo mis opiniones y mis puntos de vista. No estoy buscando a alguien con las mismas ideas, pero sí a alguien con puntos de vista que pueda respetar y aprender.
No quiero a un hombre que no puede mantener una conversación conmigo. Quiero un hombre que desafíe y encienda la pasión y el fuego en mi alma. Alguien que sea dedicado e inspirado.
“No estoy preocupada por mi pasado; estoy preocupada por el tuyo”
Yo tengo mis problemas bajo control. Yo tengo mi pasado, como todo el mundo, pero puedo entenderlo y aceptarlo; puedo llevarlo sin que me pese porque he dejado atrás lo que hacía falta. No estoy tirando de él, tropezando y negando que está ahí.
Necesito un hombre que no venga con un gran pasado; que no esté pensando en sus heridas y sus pérdidas. Necesito a un hombre que se concentre en el presente y que haya aprendido de su pasado, no sólo que lo arrastre con él.
“No me preocupa estar sola; me preocupa estar con la persona equivocada”
Puedo manejar la soledad, de hecho, me gusta estar sola. Prefiero estarlo que sentirme solitaria e insegura. Estoy sola con orgullo y sin miedo.
No estaré en una relación sólo porque es lo que se espera de mí, ni me conformaré con un hombre sólo porque es mejor que nadie. Necesito pasión y la seguridad de que esta relación es casi tan buena como la que tengo conmigo misma, y eso es algo difícil de cumplir.
“No me preocupa cómo soy en la intimidad; me preocupa cómo eres tú”
No me preocupa cómo lo estoy haciendo, o si la noche ha ido bien. Estoy cansada de preguntar si fui buena para ellos: siempre es bueno para ellos. ¿Qué hay de mí? ¿Qué hay de mis necesidades? ¿Qué hay de hacerme sentir de la forma en la que yo te hago sentir?
Busco un hombre que no se aleje cuando termine. Necesito un hombre que siga adelante porque encuentra placer en mi cama; un hombre que no piense que el sexo termina cuando está satisfecho.