Es común que la mayoría de las veces las personas confundan elegancia con dinero, teniendo la errónea idea de que toda persona de poder es por ende elegante y sofisticada. La elegancia, más que algo a lo que le podamos poner un precio, es la distinción o gracia que resulta de tener buen gusto y destacar por su sencillez.
Es decir, una mujer elegante puede ser aquella que sin ostentar ni presumir prendas de valor sigue manteniendo el porte y la clase por el movimiento de sus manos, la sonrisa ligera o incluso su tono de voz al hablar.
Así que para darnos una idea más clara y reconocer los rasgos que identifican a la elegancia femenina, tenemos para ti estos 6 secretos que toda mujer elegante conoce.
1. Sabe sobrellevar las miradas de atención
Sin duda una de las características de una mujer elegante es que siempre, sin importar la situación, es aquella a quien dirigen las miradas cuando entra a una habitación. Sin vivir cegada por las brillantes luces de la fama, una mujer elegante sabe tomar cumplidos con naturalidad.
Jamás se muestra avergonzada cuando su presencia es objeto de atención, sin embargo nunca la verás tomando ventaja de ello ni mucho menos exagerando una humildes falsa. Es decir, no debes minimizar un rasgo en ti que alguien lo admire cuando te lance un cumplido, sino agradecerlo infinitamente con una sonrisa, pues así demuestras cuánto te valoras a ti misma. Una mujer elegante sabe dominar la atención, eso pan comido.
2. Aprende a guardar el equilibrio
La elegancia de una mujer equilibrada se distingue cuando no deja que un simple evento incómodo se vuelva el centro de atención en su camino. Es decir, para cualquier “inconveniente”, una mujer elegante sabe tomar todo con humor y dejarlo a segundo plano sin guardar rencores; pues sabe que la vida es corta para vivir tomándose las cosas tan personal.
Estar conscientes de que pocas cosas en la vida dependen enteramente de nuestras manos es dejar un gran peso de carga y sentirnos libres de razones por las cuales sufrir. Siempre es mucho más importante darle prioridad a nuestro bienestar emocional que a riñas sin sentido que, usualmente, desembocan en no más que tragos amargos e innecesarios. Es por eso que una mujer elegante jamás pierde el tiempo en chismes, pues sabe que su autoestima está en orden.
3. Viste conforme a la ocasión y no para cumplir reglas
Es decir, una mujer elegante se comporta dependiendo a la situación y no a lo que “se supone” que debe ser. No tiene tiempo para reglas sin sentido con las que no se sentirá cómoda, y a pesar de estar consciente de los modales y etiquetas, también se permite mostrarse como ser humano y rehusarse a traer tacones si simplemente en ese momento no le apetece.
Como mujer, jamás es bueno pensar que la elegancia va estrictamente ligada con marcas de ropa, ni encerrar la individualidad en trajes caros y tacones, por muy clásicos que estos sean. En la mayoría de las ocasiones, la situación no se presta para vestir de esa manera, por lo que es mejor liberarse de etiquetas y vestir de acuerdo al estado de humor y situación; y no para cumplir reglas.
4. El amor más importante es ella misma
A ella no le sorprenden los cuentos de príncipes ni las promesas irreales de quien acaba de conocer. Siempre prefiere, antes de gastar tiempo con otros, dedicarse a sí misma y tenerse enteramente feliz por dentro. Sabe pasar tiempo a solas y no le dan miedo los silencios.
Esforzarse por ser algo que no eres es de los primeros paso hacia dejar de amarte a ti misma tal y como eres. Es importante quitarse la costumbre de estar sacrificando nuestra propia felicidad por la de otros, porque cuando vivimos tranquilas y relajadas es mucho más probable que las cosas nos salgan con naturalidad. Una mujer elegante sabe amarse, para después ofrecer amor al mundo que la rodea; y si alguna vez siente que está a punto de quedarse sin energías, se retira a tiempo y va a su soledad para volver a cargarlas con tranquilidad.
5. Siempre es más importante sentirse cómoda con su cuerpo
Nadie en el mundo dijo que fuera necesario tener tener un “tipo de cuerpo” en específico para lograr ser el estereotipo de una mujer elegante. Si comenzamos por etiquetar todos los cuerpos que vemos en la calle, terminamos por hacernos más daño al estar en casa viéndonos al espejo; cada mujer tiene sus propias luchas y reconciliaciones con su cuerpo. Sin embargo, aquella mujer a la que podríamos admirar más que a nadie es a la que sin importar el tiempo y los cambios en su cuerpo siempre se mira dentro de su piel.
Un gran consejo siempre será usar lo que más te acomoda e intentar únicamente verte linda para ti misma. No sigas reglas horribles de moda que no a todas las chicas les quedan, usa las tendencias como una herramienta, pero no como guía estricta. Siente gusto por tu cuerpo y usa aquella ropa que más cómoda te haga sentir.
6. Es una mujer consciente, no emocional
Esto quiere decir que una mujer elegante sabe perfectamente quién es, dónde está y qué es lo que le rodea. Jamás se deja llevar por las emociones que puedan perpetuar su buen estado del humor, es mucho más consciente de que toda acción tiene una reacción, así que cuando algo le sale mal, en lugar de quedarse enojada frunciendo el ceño, ocupa su tiempo para meditar el error y repararlo lo antes posible.
Tener en mente la imagen que proyectas te ayudará a lucir con mucha más naturalidad y elegancia; sin dejar que las emociones te ganen, puedes perfectamente imaginarte a ti misma como las demás personas te observan. Y como eres una mujer hermosa, inteligente y que se ama a sí misma, puedes tener por seguro que las personas te miran de igual manera. Ser una mujer más consciente que emocional, es más que nada un estilo de vida, y una vez que lo domines verás que no volverás a ser esa persona triste que desquita todas sus emociones con su lenguaje corporal.