No nos engañan, animales del mundo: no son rudos en absoluto (por lo menos, no ahora). Estos pequeñitos sacan la garra y quieren dar una imagen bravía e inspirar temor.
En realidad, no pueden ser más adorables. Estas imágenes llenas de ternura involuntaria harán que, en lugar de asustarte, ¡quieras abrazarlos a todos!