Llevar a nuestros perros de paseo a la playa puede ser toda una odisea, prueba de ello es un hombre que visitaba las costas de la ciudad de Pakefield, en Inglaterra, cuando su lomito se arrojó al mar y comenzó a nadar alejándose más de un kilómetro de la playa.
Al ver que su fiel amigo era arrastrado por las olas, el hombre en cuestión se arrojó al mar y trató de ayudarlo, pero fue imposible. No le quedó más remedio que regresar a la orilla y pedir ayuda para su amigo. Afortunadamente un bote salvavidas llegó al rescate.
De acuerdo con los testigos, el perro fue arrastrado hacia las profundidades del mar y su dueño se lanzó al agua tratando de ponerlo a salvo, pero no tuvo éxito y regresó a la orilla del mar. Ahí le pidió a un turista que practicaba kayak que vigilara a su mascota en lo que él buscaba algún bote.
El turista aceptó vigilar a la distancia y en unos minutos el hombre volvió con un bote salvavidas. La tripulación del bote de emergencia O’Shea regresaba de una sesión de entrenamiento cuando sus servicios fueron solicitados.
El servicio de guardacostas del Reino Unido nos llamó a las 12:45 p.m. del domingo para informarnos que el dueño de un perro nadaba en el mar para rescatar a su mascota. Cuando llegamos al perro, estaba débil y exhausto. Uno de los tripulantes del bote salvavidas logró agarrar al perro labrador, sacarlo del mar y pasárselo a un colega en cubierta.
El animal estaba temblando y tenía frío, la tripulación lo envolvió en una toalla. Cuando la mascota se recuperó lo suficiente, tomamos el bote salvavidas cerca de la costa y el dueño agradecido entró para reunirse con su preciada mascota.
El rescate no fue sencillo pero tampoco imposible, el perrito volvió a estar a salvo y regresó junto a su dueño, quien lo esperaba con los brazos abiertos y lleno de felicidad al verlo sano y salvo.