Sucedió de nuevo la semana pasada, en la fila del banco.
–Hermoso perro. ¿Cuál es su nombre?
–Gracias, es Theodore. Es amistoso, puedes acariciarlo. (Lo acaricia mientras se sacude y se apoya contra ella.) –Es tan hermoso, ¿es una mezcla de boxer?
–Es pit bull.
–¡Oh, tienen tan mala reputación! Pero todo se trata de cómo los crías.
Ahora estoy incómoda. Ella lo dijo como cumplido. Soy una mujer de mediana edad con los bolsillos llenos de golosinas para perros, y mi perro es obediente y amigable. Obviamente, yo soy la razón por la que Theodore es maravilloso.
A muchos perros no les gustan los abrazos. ¡Este chico los ama!
Pero está en un error. Yo no lo crié. Theodore fue capturado hace dos años, durante la segunda redada de peleas de perros más grande del país. Creció en el patio de un criador de perros de pelea, entrenado por un hombre que encadenaba a barriles a cachorros de seis semanas.
Rescatado como adolescente, Theodore pasó más de seis meses en el refugio de emergencia de la ASPCA (Asociación Americana para la Prevención de la Crueldad contra los Animales), en espera de los procesos legales correspondientes. Lo conocí mientras trabajaba ahí como consultora.
Cuando trabajaba con víctimas de peleas de perros, entrenadores y especialistas en conducta animal trataban de tener animales sociables que simpatizaran con los perros para ayudar a los más temerosos a que aprendieran que a partir de ese momento el mundo era un lugar seguro, y a los agresivos o de comportamiento inapropiado, para que tuvieran mejor conducta.
Theodore era colaborador por naturaleza. Participaba con los perros juguetones, se tranquilizaba con los tímidos y de manera instintiva sabía cómo desactivar una agresión de los de temperamento difícil. Como la mayoría de los perros juguetones que he conocido, también era amigable con las personas. Mi amiga Amy dijo: “este perro necesita pertenecer a un entrenador”.
A medida que el caso concluía y los perros comenzaron a dejar el refugio, llamé a Bully Project, un grupo de rescate increíble de Nueva York, y les hablé maravillas de Theodore. Una mañana muy temprano empaqué sus juguetes favoritos y un collar nuevo para trasladarlo a Nueva York.
El primer sofá de Theodore, en su hogar adoptivo de Bully Project, con Ali Waszmer
Ya saben cómo termina. Barry mi esposo y yo condujimos y adoptamos a esta pequeña y feliz bola de carne, y Theodore ha estado con nosotros (o quizá nosotros formamos parte de su staff) por más de un año hasta ahora.
Theodore nos asombra. Ama a todos –humanos, perros, caballos e incluso gatos–. Se siente cómodo en la ciudad o en senderos y, una vez superada la etapa de morder los cinturones de seguridad, se conduce en un coche como profesional. Ama escalar y obedece sin correa.
Este pequeño perro de pelea es increíblemente inteligente, activo y lleno de picardía. Probablemente también con exceso de energía para muchos hogares. Ningún perro me ha hecho reír tan frecuente e intensamente como Theodore. Sus travesuras mantienen cautivo a un ejército de seguidores en Facebook todos los días.
¿Zapato? ¿Cuál?
Theodore me ayuda mucho en mi negocio de comportamiento animal. Su fluidez en lenguaje perruno me asombra.
Si le preguntamos a cualquier especialista en conducta sobre qué es lo más importante, si naturaleza o crianza, responderán que ambos. Algunos perros pueden ser criados con método, familiarizados con todo y aún así volverse peligrosamente agresivos.
Otros, como Theodore, pueden venir de un entorno propicio para crear frustración y agresión canina, y su natural resiliencia y alegría siempre prevalecen.
Theodore y su hermano Doberman, Duncan.
Así que, por favor, amantes de los pit bulls, dejen de decir que “todo se trata de cómo son criados”. Yo sé que la intención es buena, pero si realmente creen en sus palabras, ningún perro de pelea podría ser alguna vez adoptado. Y ese es justo el éxito de los antiguos perros de pelea de Michael Vick.
Si realmente crees que “todo se trata de cómo son criados” ningún perro callejero o abusado proveniente de refugio podría ser colocado en un hogar. He trabajado con muchos animales víctimas de abuso, y algunos tienen problemas, es cierto, pero muchos de ellos son tan resilientes como Theodore.
Ocasionalmente, una infancia canina idílica resulta en una madurez peligrosamente agresiva. También los he conocido.
La mayoría de los perros caen en algún punto entre ambos extremos. El ambiente cuenta, pero también los genes. Al final, todos los perros son individuos, y es así como debemos considerarlos.
La mayoría sabemos que los pit bulls, especialmente los criados para pelea, son algunos de los perros de los que más se abusa en el planeta. Pero Theodore y yo sabemos que también son de los más indulgentes. Me siento orgullosa de que al menos algunas víctimas tienen ahora una oportunidad como mascotas.
Aún no estoy segura si debería o no haber respondido a la amable mujer del banco: –Fue criado como perro de pelea –dije, mientras Theodore se encaminaba para aceptar una galleta de su cajera favorita.
“Me gustaría depositar este cheque y retirar dos galletas, por favor”.