Tobias Baumgaertner, fotógrafo de vida salvaje, logró capturar un tierno momento entre dos pingüinos viudos que se consolaban entre sí mientras miraban las luces de la lejana ciudad.
La fotografía fue tomada en el suburbio costero de St Kilda, en Melbourne, Australia en 2019, pero no fue hasta hace unas horas que la imagen llegó a internet, provocando ternura y recordándonos la belleza de la naturaleza.
Su abrazo enamora a internet
La fotografía de los pingüinos abrazados y mirando al horizonte es bella por sí sola, pero la historia que esconde detrás es maravillosa, una reflexión entre la vida, el amor y el apoyo.
En momentos como este, los verdaderamente afortunados son aquellos que pueden estar con la persona / personas que más aman. Capturé este momento hace aproximadamente un año. Estos dos pingüinos posados sobre una roca con vista al horizonte de Melbourne. Estuvieron allí durante horas, revoloteando, observando las brillantes luces del horizonte y el océano.
Un voluntario se me acercó y me dijo que la blanca era una anciana que había perdido a su pareja y aparentemente también lo hizo el pinguïno más joven de la izquierda. Desde entonces, se reúnen regularmente para consolarse y permanecer juntos durante horas mirando las luces danzantes de la ciudad cercana.
Pasé tres noches completas con esta colonia de pingüinos hasta que pude obtener esta imagen. Entre poder o no, se les permite usar las luces, y los pequeños pingüinos que se mueven continuamente frotan sus aletas en la espalda del otro, fue muy difícil disparar, pero tuve suerte en un hermoso momento. Espero que disfruten este momento tanto como yo.
—Tobias Baumgaertner, fotógrafo de vida salvaje
Un grito de amor
Los retratos de Tobias son capaces de transmitir emociones, tal vez sea por sus colores, paisajes o la fortuna de encontrar el momento perfecto.
El dolor los ha unido. Supongo que a veces encuentras el amor cuando menos lo esperas.
Los corazones rotos entendieron a la perfección
Diversos usuarios conectaron con las emociones reflejadas por los pingüinos, mismos que comprueban que al perder un ser amado no se le olvida ni se le saca del corazón a pesar del tiempo, solo se aprende a sobrellevar su ausencia, en silencio y con la ayuda de otros.