La alegría que el compañerismo de un perro puede brindarnos es atemporal, sin embargo, la diferencia entre sus años de vida y los nuestros nos hace sentir que el tiempo junto a ellos es demasiado corto. La fotógrafa Amanda Jones, de Massachusets, Estados Unidos, ha estado capturando esta emoción durante veinte años, la cual plasma en su reciente libro de retratos llamado ‘Dog Years. Faithful Friends Then and Now’ (Chronicle Books, 2015), donde muestra a varios perros a lo largo de su vida, desde cachorros traviesos hasta su tranquila vejez. Ha acompañado las imágenes de comentarios de sus amorosos dueños.
La colección de fotografías incluye a perros de distintas razas. Las primeras imágenes muestran a cachorros enérgicos y torpes, con la piel brillante y expresiones de alerta. Los retratos de una década más tarde cuentan una historia diferente, con los perros descansando y las huellas de la edad en su piel.
Algunos no parecen envejecer en absoluto –expresa Jones–, sin embargo, otros muestran los signos de la vejez en sus ojos y su pelo gris. Es la apariencia de nosotros mismos y de nuestras almas que se reflejan en sus ojos lo que nos da una conexión tan profunda con ellos. Una cosa que permanece constante es el amor que la gente y los perros se tienen unos a otros. Eso no cambia, no importa cuántos años pasen.
1. Lily a los 8 meses (izquierda) y a los 15 años (derecha)
Su perra salchicha de pelo largo, llamada Lily, fue la inspiración principal de Amanda para crear el libro. Lily falleció durante la realización del libro.