Los perros y gatos son animales domésticos que las familias aman tener en casa, ya que son tantos los momentos que se comparten con ellos que se convierten en un integrante más. Últimamente, los gatos han ganado más popularidad entre la gente, en especial por ser tiernos, silenciosos y por ser animales que no ocupan demasiado espacio en casa. Bueno, al menos eso fue lo que pensó Yulia Minina, una mujer rusa que adoptó un pequeño gatito y ahora, casi dos años después, tiene un felino enorme que pesa más de 12 kilos.
Yulia es una chica procedente de Stari Oskol, Rusia, que en 2020 decidió comprar un adorable gatito raza Maine Coon, con pelaje blanco, orejas puntiagudas y ojos amarillos, al que nombró Kefir, ya que debido su pelaje blanco y sedoso era muy parecido a esa bebida láctea.
Lo que la mujer nunca imaginó es que ese cachorro crecería tanto, pues a solo un año y diez meses, el felino mide 1.5 metros y pesa 12.5 kilos, convirtiéndolo en uno de los gatos más grandes del mundo.
Kefir no solo ha crecido en tamaño, es un gato muy inteligente, muy cariñoso y nunca pierde la calma. Nunca imaginé que un gato pudiera llegar a ser tan grande.
Según los especialistas, los ejemplares de esa raza tienden a crecer hasta los tres o cuatro años de edad, por lo que es muy probable que Kefir siga creciendo. El felino tiene la costumbre de dormir en la cama con Yulia por las noches. Sin embargo, conforme ha ido creciendo, eso se ha convertido en un problema para ella.
Cuando era un gatito, no me causó ningún problema, pero ahora es tan grande y pesado que es difícil dormir así.
Yulia asegura que a ella no le sorprende el gran tamaño de Kefir como al resto del mundo, pues en sus videos de Instagram se puede ver como lo carga sin ningún problema y la gran amistad que existe entre ellos.
Cuando los familiares y amigos vienen a casa, se convierte en el centro de atención. Él lo sabe y se deja acariciar, pero cuando llegan extraños, todos lo confunden con un perro.
Kefir se viralizó en los videos que Yulia compartió en su Instagram, causando sorpresa a los internautas por su gran tamaño, quienes comentaron que se trataba de una farsa o una imagen alterada con Photoshop, pues dudaban de la veracidad del gato.
Con base en los comentarios de que el gato era falso o que se trataba de un peluche, la dueña de Kefir compartió algunos videos que muestran imágenes y grabaciones de como ha ido creciendo el felino y así aclarar que no es una farsa para hacerse famosa.
Ante la propuesta de algunos usuarios que le han propuesto a Yulia comprarle a su gato, ella les ha dejado en claro que su compañero no está en venta.