No todos los héroes salen de un cómic, llevan capa o son humanos, también hay seres extraordinarios de cuatro patitas que pueden salvar más de una vida y hacer trabajos increíbles de rescate. Si no lo crees, entonces tienes que conocer a Magawa.
Este roedor se dedicó a descubrir minas terrestres y otros artefactos explosivos para evitar que alguien se tope con ellas y ponga su vida en riesgo. Pero como todo lo que inicia tiene que acabar, después de hacer un excelente trabajo, finalmente se retirará.
Magawa le dice adiós a sus años de servicio
Durante más de siete años, Magawa descubrió 71 minas terrestres y 28 municiones sin detonar en Camboya. El trabajo puso su vida en riesgo muchas veces, pero siempre fue valiente y se aventuró a realizar las misiones más peligrosas. Por eso la organización APOPO, encargada de su entrenamiento, decidió que era momento de jubilarla.
Salvó muchísimas vidas
Debido a su entrenamiento intensivo, puede detectar explosivos 96 veces más rápido que si se usaran detectores de metales o buscaminas. Su trabajo permitió que muchas personas pudieran caminar por los campos y las calles sin miedo a pisar una mina y perder alguna extremidad o incluso la vida. Su entrenadora y cuidadora, Malen, dijo que se sentía orgullosa de su compañero de trabajo.
La actuación de Magawa ha sido invicta y me enorgullece trabajar codo a codo con él. Es pequeño, pero ha ayudado a salvar muchas vidas, lo que nos ha permitido devolver a nuestra gente tierras seguras y tan necesarias de la forma más rápida y rentable posible.
Durante su entrenamiento fue necesario que pasara una prueba a ciegas, en la que buscó minas improvisadas en un espacio de 400 metros cuadrados. Por desgracia, ahora su cuerpo se hizo más lento y no puede recorrer grandes distancias, por eso no quieren seguir arriesgando su vida y prefirieron enviarlo a descansar.
Su remplazo llegará muy pronto
La organización APOPO dijo que un nuevo lote de ratas jóvenes ya fue evaluado y aprobado con éxito por el Centro de Acción Contra Minas de Camboya y que Magawa permanecerá unas semanas más “orientando” a los nuevos reclutas para que entiendan el procedimiento.
Las ratas pesan aproximadamente 1.2 kilos y miden cerca de 70 centímetros, lo que les permite ser lo suficientemente livianas como para no disparar las minas si caminan sobre ellas. Además, están entrenadas para detectar un compuesto químico dentro de los explosivos, lo que significa que pueden ignorar la chatarra o la comida y hacer un excelente trabajo. Una vez que encuentran el artefacto, raspan la parte superior para alertar a sus compañeros humanos y que de esta forma puedan desactivarlas.
Definitivamente, Magawa hizo un gran trabajo y ahora tiene que descansar y disfrutar lo que resta de su vida.