Una pequeña orca quedó varada en las rocas de la de Bahía de Hartley, en Columbia Británica, Canadá. Todo comenzó cuando un grupo de orcas trataban de cazar lobos marinos; una de ellas se acercó demasiado a la orilla, y quedó atorada entre las rocas. Por si fuera poco, la marea empezó a decender, empeorando la situación. La orca sabía que estaba en problemas, no podía moverse, el sol estaba resplandeciente y la marea había bajado. Al verse en esa situación lo único que pudo hacer fue llorar de una manera desconsolada para pedir ayuda.
Por suerte, una persona escuchó el desgarrador canto del cetáceo y acudió de inmediato al lugar. Llamó a las autoridades y pronto un grupo de rescatistas de For Whales, junto con un guardacostas, se hicieron presentes para ayudar al animal, que ya se encontraba muy estresado por la situación.
https://youtu.be/vC7-njwner0?t=1s
Cuando el grupo de rescate llego al lugar, la orca tenía su corazón muy acelerado y no dejaba emitir un sonido parecido al llanto. Después de un rato, al parecer ella entendió que las personas que estaban ahí sólo querían ayudarla.
Los recatistas la calmaron, pusieron trapos húmedos sobre ella y con ayuda de una cubeta le arrojaban agua para protegerla del calor y del sol.
No podían arrastrarla con cuerdas hacia el mar, porque las piedras desgarrarían su piel, así que lo único que quedaba era esperar.
Esperar a que la marea subiera nuevamente para poder liberar a la orca, y mientras tanto, seguir manteniéndola con vida.
Finalmente, después de 8 horas, la pequeña orca pudo volver al agua sana y salva.
En la página de Facebook Whale Point puedes leer este mensaje:
Hoy fue un día de grandes emociones. Un gigantesco agradecimiento a ustedes, esta asombrosa comunidad que se ha unido tan rápidamente para proteger lo que es sagrado.