Arina Smoak conducía de regreso a casa cuando vio a una perrita parada en la calle que se veía en muy mal estado, así que se estacionó para auxiliarla. Cuando descendió del coche se dio cuenta que un grupo de cachorros salió de su escondite: buscaban a su madre.
Todos se encontraban en un estado lamentable, estaban llenos de garrapatas y se veían muy desnutridos; necesitaban ayuda urgentemente. Ariana los llevo a su casa para mantenerlos a salvo y con el apoyo de su madre logró conseguir el dinero necesario para llevarlos al veterinario.
Tanto la perrita como los cachorros se recuperaron estupendamente y en poco tiempo estuvieron en óptimas condiciones para ser adoptados, ¡cada uno encontró un hogar! Todos se fueron de casa, excepto uno… el más pequeño y “torpe” de la camada, el pequeño Sunny. Se robó el corazón de la familia inmediatamente.
Éste es el adorable Sunny
Sunny siempre se destacó por ser muy amoroso y tierno, le encantan los juguetes y tiene una decena de ellos con los que juega todos los días. Sin embargo, hay uno en especial que lo ha cautivado por completo: un ladrillo.
Este es su mejor amigo: el Señor Ladrillo
Para la familia fue bastante curioso que un ladrillo se convirtiera en su distracción favorita. El flechazo surgió repentinamente cuando colocaron el ladrillo en la alfombra para que el extremo no se enroscara y desde ese momento Sunny no pudo resistirse. Juega con él cada que tiene oportunidad y lo arrastra por toda la casa.
Ariana pensó que sería una obsesión pasajera, pero por lo visto no era una “etapa”, realmente es su mejor amigo.
Creyeron que su obsesión por el ladrillo se iría
Pero ahora no puede vivir sin él
Lo lleva a todos lados
Las mejores amistades son las que menos esperas
Por lo visto este perrito y su ladrillo nunca más van a separarse. ¡Estas sí son amistades!