Todos necesitamos algo de atención y amor en nuestros días, y no se trata de una necesidad exclusiva de los humanos pues también los animales buscan calidez y un apapacho. Por cierto, “apapacho” en náhuatl significa: acariciar el alma o acariciar con el alma.
Riley es un golden retriver de Los Ángeles, entrenado para ser un perro de terapia. Él solo quiere jugar con la gente que pasa por la calle, sin importarle que sean desconocidos pues para él todos son amigos.
Durante años ha usado la misma estrategia que, según sus dueños, le funciona todo el tiempo: se apoya en la barda de su hogar y deja caer su pelota de tenis hacia la banqueta para que algún transeúnte juegue con él. Y la verdad es que solo una persona sin corazón ignoraría los adorables intentos de Railey por llamar la atención.