Los perros son animales altamente fieles, por eso son ideales como mascotas. Quien ha tenido uno sabe que entre perro-dueño existe un nivel de confianza casi indestructible. Un perro se siente protegido a tu lado y confía que nada le pasará, así como tú confías en que algún día al fin dejará de morder tus zapatos.
Tener una mascota requiere de mucha responsabilidad: para alimentarlo, cuidarlo, bañarlo y llevarlo al veterinario cada que sea necesario, aunque esto último no sea mucho del agrado de tu perro. Al parecer, ese lazo casi indestructible de confianza se rompe cada que decides que es hora de ir al consultorio. Basta con ver estas caritas para ver lo traicionados que se sienten los perros cuando son llevados con el veterinario.