La gratitud no es exclusiva de los humanos, pues podemos también encontrarla en distintas especies animales de nuestro planeta. Tal es el caso del pequeño Dindim, un diminuto pingüino que llega cada año tambaleante a la playa de Provetá en Ilha Grande, Brasil, para ver a Joao Pereira Souza; un hombre de 71 que hace 5 años le salvó la vida rescatándolo de residuos de petróleo.
Así que anualmente, justo en las mismas fechas, y desde mayo de 2011, el adorable pingüino no deja de regresar a la misma playa para agradecer al hombre que lo salvó, por lo que su historia se ha vuelto lo más conmovedor que verás.
Dindim viaja 8 mil km al año para visitar Pereira de Souza
En esta playa del Estrecho de Magallanes se han registrado accidentes de embarcaciones petroleras que han contaminado y dañado a especies marinas. En mayo del 2011 Joao Pereira Souza estaba cerca de esta playa cuando encontró a un pequeño pingüino bañado en petroleo y casi a punto de morir.
Sin más opción, Joao lo llevó a su casa, lo alimentó y bañó hasta limpiar todo residuo de químicos. Para ese momento, este albañil encariñado lo llamó “Dindim”.
Sin embargo, después de cuatro meses de convivir con el pequeño pingüino, Pereira entendió que Dindim debía regresar a las costas frías de la Patagonia, así que lo dejó libre; no obstante, después de varios meses de haberse marchado, Dindim regresó a la misma playa en busca de Joao Pereira.
Este acto de gratitud ha dejado con la boca abierta incluso a expertos en el aréa, como Joao Paulo Karjewski, un biólogo y presentador de vida salvaje en Globo TV. Él fue el primero en documentar la historia de este agradecido pingüino:
“No tenemos idea de a dónde va Dindim, eso sigue siendo un misterio. Por primera vez tenemos pruebas de que es el mismo pingüino, pues le hemos puesto un marcador y regresó este año con el. Cuando él viene, no es tratado como mascota, el animal es totalmente libre. Únicamente duerme en el patio del señor Pereira por su propia seguridad, ya que al señor Joao le preocupa que lo ataquen los perros callejeros”.
Los pingüinos son los seres más leales del planeta
Aunque parezca de lo más extraño, tiene sentido que este pingüino regrese cada año al lugar donde fue rescatado, y es que su especie es naturalmente leal a sus compañeros y al lugar donde anidan. Otra prueba de su cercanía fue el momento en el que Dindim tocaba el rostro de Pereira como si lo estuviera limpiando, añadió el biólogo Joao Paulo Karjewski:
“Nada en la naturaleza aplica tan estrictamente como esta regla en que los pingüinos se reconocen el uno al otro por los sonidos. Dindim sabe a dónde va, y cuando llega a Ilha Grande se dirige siempre al mismo patio del señor Joao Pereira desde hace cuatro años. Es decir, que tras haberle salvado la vida, este hombre será parte de la familia del pingüino para siempre”.