Un hombre estadounidense asesinó al novio de su hija adolescente tras enterarse de que el joven la vendió a traficantes para prostituirla. Su historia causó revuelo en la comunidad y muchos hasta lo consideraron un héroe por defender a la menor.
Pero los padres del joven asesinado afirman que su hijo nació con autismo y parálisis cerebral, de modo que, por su condición, no tendría la capacidad intelectual para traficar con nadie, por lo que aseguran que todo se trata de una estrategia del asesino para librarse de pagar una larga condena en prisión.
Según informó The Spokesman Review, el cadáver de Aaron Sorenson fue encontrado en un auto abandonado un año después de que el joven de 19 años desapareció. Los vecinos alertaron sobre el incidente y el registro del vehículo los condujo hasta John Eisenman, quien oficialmente dijo que le habían robado el auto que era de su prometida.
Sin embargo, de acuerdo con información de The Independent, Eisenman terminó por confesar que secuestró al joven Sorenson para terminar golpeándole la cabeza con un bloque de cemento y apuñalándolo en repetidas ocasiones hasta causarle la muerte. En su declaración, alegó que todo lo hizo por venganza, ya que mencionó que el joven vendió a su hija a traficantes sexuales, de donde él logró rescatarla para que volviera a casa.
La prometida e hijastra del homicida confesaron que comenzaron a reunir fondos para costear su defensa, mientras en distintas declaraciones a la prensa estadounidense decían sentirse orgullosas de lo que este padre había hecho por su hija.
Aunque, según las primeras investigaciones, los detectives afirman que no tienen algún hecho independiente que sea verificable de que realmente el joven Sorenson haya traficado sexualmente con su novia. Además, se reveló que el propio homicida confesó que estaba drogado con metanfetamina cuando mató a Andrew Sorenson y que la consumía diariamente en esa época.
Según avanza la investigación, la historia del padre que tomó la justicia en sus manos va perdiendo fuerza. Además, de acuerdo con lo que declaró la exfiscal federal Neama Rahmani a The Independent, aunque el asesino estuviera diciendo la verdad, la justicia por propia mano no puede tolerarse en una sociedad civilizada, de modo que este homicidio debe ser juzgado como tal.