La razón por la que adquirí Twitter es porque es importante para el futuro de la civilización tener una plaza digital común, donde una amplia gama de creencias se pueda debatir de una manera saludable, sin recurrir a la violencia.
No lo hice para ganar más dinero. Lo hice para tratar de ayudar a la humanidad, a la que amo. Y lo hago con humildad, reconociendo que el fracaso en perseguir este objetivo, a pesar de nuestros mejores esfuerzos, es una posibilidad muy real.
El jefe de Tesla y SpaceX señaló sus planes para finalizar el trato esta semana, cambiando su biografía de Twitter a “Jefe Twit” y su ubicación a la sede de Twitter en San Francisco, California.
De igual manera, el 26 de octubre, Musk compartió un breve video en el que se le ve entrando a la sede central cargando un lavamanos de porcelana, junto al mensaje “let that sink in”, una expresión que hace referencia a la frase verbal “hundirse” (sink), que significa “entrar en la mente”. Además, “sink” en inglés también significa lavamanos.
Entering Twitter HQ – let that sink in! pic.twitter.com/D68z4K2wq7
— Elon Musk (@elonmusk) October 26, 2022
Entrando en la sede de Twitter, ¡que se asiente!
Su visita ocurrió después de una filtración de The Washington Post que reveló que cuando el hombre más rico del mundo se convierta en propietario planea despedir hasta el 75 por ciento del personal de Twitter.
La fecha límite para consumar el trato fue ordenada por el Tribunal de Equidad de Delaware, a principios de octubre. Este es el movimiento más reciente en una batalla épica durante la que Musk firmó un acuerdo para adquirir Twitter y luego trató de retractarse, lo que llevó a la red social a demandar al CEO de Tesla para obligarlo a cerrar el trato.
Sin embargo, si las dos partes no cumplen con la fecha límite del 28 de octubre, el próximo paso podría ser un juicio en noviembre.