Reír debería ser un requisito de todos los días, sobre todo en estos tiempos que se viven situaciones difíciles de todo tipo. Por eso hoy quisimos contarles la broma que una familia entera quiso jugarle a la tía del extranjero y que resultó contraproducente.
Alexa Madelo es la joven que compartió el history time de la vez que arrestaron a un “pollo”, bueno, mejor dicho, a un joven disfrazado de pollo cuando fue a recoger a su tía al Aeropuerto Internacional de Guadalajara y casi fue arrestado por policías federales.
Alexa cuenta que su familia es muy alegre y se les ocurrió la idea de jugarle una broma a su tía porque en cada visita, ella les hace alguna jugarreta. Por ello se propusieron darle la bienvenida de una manera inusual. Así que toda la familia fue a recibirla, incluso cuando le hicieron creer que solamente un tío iría a recogerla. Sin embargo, entre todos destacó una botarga de un pollo, que su única intención era sorprenderla.
Por desgracia, mientras todos le daban la bienvenida a la familiar, se acercaron cinco policías y esto los asustó muchísimo, ya que los elementos les preguntaron qué era lo que estaban haciendo, pues se encontraban en una zona federal. Claro que la familia pensó lo peor y vivieron un breve momento de tensión, pero enseguida los policías comenzaron a reírse de sus reacciones. ¡Lo único que querían era bromear con ellos y hasta solicitaron fotos con el famoso pollo!
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La anécdota de Alexa se hizo viral rápidamente y muchas personas comentaron que corrieron con la suerte de que los policías hayan llegado con buena actitud y con las ganas de “echar relajo”. Aunque no parezca nada grave, hay que considerar que al alterar el orden público, sí pudieron ser arrestados, como aquellos eventos donde han sido detenidos botargas y artistas callejeros que solo han querido hacer su trabajo.
Hace dos años, en la Ciudad de México, las autoridades detuvieron a más de 10 personas que se ganan la vida interpretando personajes infantiles como botargas o cosplay durante los operativos que fungían en contra de los no asalariados debido a que “no contaban con el permiso correspondiente” para trabajar en las calles del Centro Histórico de esa ciudad.
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Sin embargo, la historia de Alexa fue completamente distinta, ya que se trataba de un simpático detalle de bienvenida. Eso sí, el susto que los policías les hicieron pasar no lo esperaban, sin mencionar que la intervención fue más vergonzosa que la sorpresa.