Bien dicen que del amor al odio solo hay un paso y Brad Pitt y Angelina Jolie son prueba irrefutable de ello, pues la batalla entre ambas estrellas de Hollywood no solo no cede, sino que incluso se hace más grande, a tal grado que ha llegado a los tribunales y el actor está pidiendo un juicio con jurado (nos preguntamos de dónde sacó esa idea).
El actor de 58 años ya había acusado en febrero a su exmujer de vender su participación en su viñedo francés al oligarca ruso Yuri Scheffler. Sin embargo, ahora asegura que lo hizo con “intenciones venenosas” en represalia tras la custodia compartida de sus hijos.
Según el diario británico Daily Mail, que tuvo acceso al expediente judicial presentado ante la Corte Superior de Los Ángeles, Pitt está demandando específicamente por incumplimiento de contrato, trato de mala fe, abuso de derechos en virtud del artículo 6-1 del Código Civil de Luxemburgo e interferencia con las relaciones comerciales y contractuales.
Además, está buscando un juicio con jurado para indagar daños no especificados que se determinarán en la corte, en la que espera que la venta de Jolie sea declarada “nula y sin efecto”. ¿Será que Brad Pitt estaba esperando a conocer el veredicto final del juicio por difamación de Johnny Depp contra Amber Heard para animarse a demandar a Angelina Jolie?
Según el documento, la actriz “persiguió y luego consumó la supuesta venta en secreto, manteniendo deliberadamente a Pitt, quien habría tenido el derecho de preferencia sobre la compra, en la oscuridad y violando a sabiendas sus derechos contractuales”.
Además, los abogados de Pitt aseguran que la adquisición de Château Miraval puede considerarse una “operación hostil”, pues “desestabiliza y empaña la reputación de la marca al asociarla con Scheffler”.
A pesar de los intentos del magnate ruso por desvincularse de las acciones de Vladimir Putin tras la invasión de Ucrania, tal parece que Scheffler pertenece a la lista elaborada por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos de personalidades que pueden ser objeto de sanciones, por lo que su marca también se encuentra entre los bienes boicoteados.
Jolie sabía e imaginaba que Scheffler y sus afiliados intentarían controlar el negocio que había construido Pitt y socavar su inversión en Miraval. Y tal como lo había imaginado, esto es exactamente lo que hizo Scheffler. Desde que afirmó adquirir la participación de Jolie en Miraval, Scheffler ha lanzado una adquisición hostil del negocio del vino. […] La asociación de Miraval con él, que ha ganado notoriedad a través de tácticas comerciales despiadadas y asociaciones profesionales dudosas, socava la reputación de la marca cuidadosamente construida por Pitt.
Todo esto, dice el documento, es “el resultado directo de la conducta ilícita de Jolie. En violación del “acuerdo de las partes, Jolie trató de obligar a Pitt a asociarse con un extraño y, peor aún, un extraño con asociaciones e intenciones venenosas”.
Sobre todo porque previo a la repentina venta a Scheffler, estaban en marcha negociaciones para la compra de la totalidad de las acciones de la empresa por un monto de 164 millones de dólares por parte de Pitt.
Según los abogados, en abril de 2021, “las negociaciones estaban muy avanzadas, con un acuerdo sobre el precio”, pero luego vino la sentencia por la custodia compartida de los niños y con ella, la venta al oligarca ruso.