La cantante Jessica Simpson fue duramente criticada por una fotografía que compartió en Instagram, en la que aparece su hija Maxwell, de siete años, con las puntas del cabello teñidas de rosa y morado. La intérprete de I Wanna Love You Forever compartió que su pequeña admira a Mal, personaje de la película Descendants –que sigue las vidas de los hijos adolescentes de diversos villanos y héroes de Disney-, por lo que decidió cumplir su petición de pintarse la cabellera como la figura que interpreta Dove Cameron.
La acción provocó que cientos de usuarios mostraran su molestia hacia la intérprete de 39 años “por hacerle daño a su hija” e, inclusive, manifestaron sentir tristeza “porque la niña dejó morir su cabello siendo tan joven”.
Luego de las críticas contra Simpson, la cantante Pink salió en su defensa publicando una imagen en la que se observa cómo ella misma le pinta el cabello de azul a Willow, su hija mayor, dejando el siguiente mensaje:
Escuché que la gente estaba desilusionada con Jessica Simpson por dejar que su hija de siete años se pintara el pelo, así que pensamos que sería bueno compartir lo que hicimos ayer.
Las famosas están en la mira de quienes se dedican a cuestionar las decisiones que toman las mujeres que son madres. Simpson y Pink no son las únicas señaladas, también le ocurrió a la actriz Chrissy Teigen, quien desde su embarazo fue criticada al dar a conocer que su esposo y ella eligieron el sexo de su bebé al concebirlo por medio de una fecundación in vitro. Después del nacimiento de su hija los comentarios negativos continuaron, pues una noche decidió dejar a la niña con la niñera para salir con su pareja. Otro caso es el de la modelo Nicole Neuman, que fue juzgada porque una de sus hijas estaba sentada en el asiento del copiloto sin el cinturón de seguridad colocado.
Ante el gran impacto que generan las redes sociales, existe un movimiento que cada vez está más presente: el mom shaming, en el que las madres son juzgadas de manera constante por personas desconocidas que creen que crían mal a sus hijos. Este fenómeno consiste en criticar y hasta humillar a las mujeres por la decisiones que toman con sus pequeños. Un estudio realizado por la Universidad de Michigan comprobó con 475 madres de niños menores de cinco años que el 61 por ciento de ellas “fueron avergonzadas en algún momento” por las constantes críticas sobre las decisiones en relación con sus hijos.