En días pasados se realizó el bautismo de Archie, el primogénito de los duques de Sussex, Meghan Markle y el príncipe Harry, y un detalle no escapó cuando se dieron a conocer algunas fotos de la celebración: la reina Isabel no estuvo presente. Esto, por supuesto, generó una ola de especulaciones que llegaron, incluso, a sugerir ciertas desavenencias en la familia real. Sin embargo, la explicación del hecho es más simple.
Tiempo antes del bautizo ya se había dado a conocer que la monarca no estaría presente “por otros compromisos” que no podía dejar, por lo que un buen número de medios de comunicación comenzaron a especular y quisieron hacer ver la falta de la Reina al festejo como un desplante… pero todo tiene una razón.
La Reina tiene una agenda muy ocupada, pero debe darse el tiempo de estar junto a su esposo Felipe. Generalmente los fines de semana se dedica a descansar junto a él y cuando los compromisos son numerosos define fechas con mucha anterioridad para hacerlo, tal como ocurrió con el bautizo de su bisnieto.
Cuando se supo la fecha de la ceremonia de Archie, tanto Isabel como los duques de Sussex intentaron cambiarla para que la monarca asistiera, pero al final decidieron seguir con los planes.
Es importante mencionar que esta no es la primera vez que la Reina se ausenta del bautizo de uno de sus bisnietos, pues también ocurrió con el príncipe Louis, el tercer hijo de William y Kate.
La ceremonia en la que el pequeño Archie Mountbatten Windsor -séptimo en la línea de sucesión para ocupar el trono real- recibió el sacramento considerado como el nacimiento a la vida espiritual mediante las aguas del río Jordán fue íntima, con solo 25 invitados.
El bebé de dos meses vistió un ropón con mucha tradición y gran valor sentimental en la familia real, ya que fue utilizado por sus primos y es una réplica del que llevó la hija mayor de la reina Victoria en su bautizo.
Las fotos de la ceremonia fueron publicadas en Twitter e Instagram.
Otra cosa que llamó la atención fue lo que expresó la experta en lenguaje corporal Judi James sobre la imagen de la familia real: dijo que el príncipe William tiene un gesto de “querer entrar a un club nocturno” y su esposa Kate mostró un semblante de “estar incómoda y pretender huir del lugar”.